miércoles, 30 de diciembre de 2009

Terror en el espacio: Rareza espacial

El 24 de diciembre, después de la cena de Nochebuena, vi Terror en el espacio (Terrore nello spazio, también llamada Planet of the vampires), una peli de estas raras. Rara porque es una producción italiana, de 1965, aunque coproducida con USA, y dirigida por un tal Mario Bava, así que no la conoce ni su padre, bueno, sólo la conocen los cinéfilos super mega guays como yo. En realidad yo me enteré que la peli existía por varios libros de cine, y mirando en internet vi que Mario Bava es un director que debió contribuir bastante en su filmografía al género del giallo, compuesto por películas italianas de los 60 y 70 de terror de serie b. Yo esto no lo sabía antes de mirarlo, tampoco me voy a tirar el pegote, pero sí que es un director conocido en los circuitos cinéfilos. Sus pelis deben ser bastante violentas, con títulos como: Un hacha para la luna de miel, Bahía de sangre o Seis mujeres para el asesino, pero Terror en el espacio es la excepción; es una encantadora mezcla de argumento ingenuo, pero imaginativo, efectos especiales super cutres y decorados de cartón piedra. Los protagonistas son astronautas de un planeta del que nunca se dice el nombre, que no es la Tierra, pero con forma totalmente humana, claro, para que pudieran hacer la película con actores de carne y hueso, si no sería una peli de animación. El caso es que son enviados en su “astronave”, como la llaman, a un planeta desconocido al que denominan Aura, porque han recibido unas señales de radio pidiendo ayuda. Cuando llegan allí, sólo encuentran otra astronave vacía y empiezan a ser poseídos por espíritus extraños… El argumento es infantil pero bastante novedoso para la época. Hay gente a la que le recuerda a Alien, como si fuera un precedente de esta peli, pero a mí me recuerda más a Fantasmas de Marte, de John Carpenter. Al principio me parecía un poco aburrida y falta de ritmo, pero después se va poniendo más interesante. Las escenas de acción no son nada espectaculares, más bien son “caseras”, y las actuaciones son bastante flojillas, por no decir risibles. Me recordaba a cuando éramos pequeños y jugábamos al espacio con los amiguitos y nos lo inventábamos todo sobre la marcha, era divertidísimo. La mejor me pareció la protagonista femenina principal (hay dos mujeres en el grupo, con look muy típico de los años 60), que debe ser una tal Norma Bengell. El actor principal se llama Barry Sullivan, un nombre que me suena bastante, aunque no lo acabo de ubicar. Llaman la atención los decorados, tan artesanales como fantasiosos. Total, que no es ninguna obra maestra, pero es otra joyita a rescatar, una delicia kitsch.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Bienvenidos a Zombieland: Comedia apocalíptica

El 25 de diciembre, día de Navidad, vi en el cine Bienvenidos a Zombieland (Zombieland), de Ruben Fleischer, una película sobre los seres terroríficos más de moda últimamente (con permiso de los vampiros): los zombies. El género que comenzó con La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, ha resucitado (nunca mejor dicho) al comenzar este nuevo siglo, realizándose infinidad de obras sobre el mismo. Esta vez, al igual que ocurría en Zombies party, de 2004, el tema se trata en clave de comedia, una comedia muy gamberra y delirante. El principio es el de siempre: el mundo está devastado por una plaga en la que casi todos se han convertido en muertos vivientes devoradores de humanos vivos. El prota principal es Columbus (los protagonistas se denominan a sí mismos con nombres de ciudades), un chico tímido y neurótico, el típico antihéroe asustadizo, interpretado por Jesse Eisenberg, un joven actor que borda este tipo de papeles. En su huida por todo el país, Columbus se encuentra a Tallahasse (Woody Harrelson), un macarra entrañable, y después conocen a Wichita (Emma Stone, que la verdad es que no sé quién es), y Little Rock (Abigail Breslin, la niña de Pequeña Miss Sunshine, ya un poco más mayorcita), dos hermanas a las que se unen en el recorrido por las carreteras desoladas, buscando un lugar sin zombies. La peli está llena de acción y humor, con algunos momentos sentimentales. Las escenas de acción, con las carreras y los disparos a los zombies, son brutales y divertidas. El humor, como es lógico, es salvaje y negrísimo, aunque a veces se suaviza algo. Woody Harrelson está simplemente genial, este hombre se ha encasillado últimamente en papeles de lunático cómico, pero lo hace de puta madre. También hay que destacar la surrealista aparición de Bill Murray interpretándose a sí mismo. Total, una peli para desconectar y reírse un rato, el que le guste este tipo de humor, claro. Aunque tiene unos cuantos momentos gore, tampoco creo que el humor fuera demasiado bestia, si no a mí no me habría gustado.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El maravilloso mundo de los hermanos Grimm: Regreso a la infancia

Esta peli (que no tiene nada que ver con la, en mi opinión, aburrida El secreto de los hermanos Grimm, de Terry Gilliam) es una de esas pequeñas joyas que nadie recuerda. Hace unos 30 años que la vi en la tv, debió ser un sábado por la tarde, en el programa Primera sesión, donde echaban películas antiguas y de aventuras, qué tiempos aquéllos, y qué vieja soy. Ahora la he vuelto a ver y me ha vuelto a encantar. El maravilloso mundo de los hermanos Grimm (The wonderful world of the brothers Grimm) es un film de 1962, dirigido por George Pal, director y productor de películas clásicas de ciencia ficción como El tiempo en sus manos (La máquina del tiempo) y La guerra de los mundos, y Henry Levin, director, entre otras, de Viaje al centro de la Tierra. Es una especie de biopic de los hermanos Wilhem y Jacob Grimm, que se dedicaron a recopilar y escribir cuentos infantiles tradicionales en la Alemania del siglo XIX, aunque también publicaron obras más “serias” de gramática y lingüística alemana. Wilhem Grimm es interpretado por Laurence Harvey, uno de los protagonistas de El mensajero del miedo (la versión de 1962), y Jacob Grimm es Karl-Heinz Böhm, un guapo y rubio actor alemán que hizo de emperador Francisco José en las películas de Sissi. Los dos hermanos tienen caracteres opuestos (en la película, claro, en la realidad cualquiera sabe cómo serían). Wilhem, casado y con dos hijos, es alegre, inmaduro, y toda su obsesión es escribir los cuentos para que no se pierdan en el olvido; Jacob es muy serio y responsable, con problemas para comunicarse con su novia y su mayor afán es terminar a tiempo las obras que les encargan. La trama principal se mezcla con la narración de tres de los cuentos, añadiendo una parte de fantasía a la historia. La peli es una mezcla de melodrama, comedia familiar, aunque sin ser propiamente infantil, y musical, aunque no están todo el rato cantando. Tiene todo el encanto y la ingenuidad de las producciones hollywoodienses de los 50; de hecho, parece tener más elementos en común con el cine de esa década que con el de los 60. Recuerdo que de pequeña tenía un pequeño libro ilustrado que debía estar basado en la película, porque contaba exactamente la misma historia. Para verla una tarde de sábado y sentir añoranza de la época en que echaban Primera sesión.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Tygra, hielo y fuego: Fantasía animada ochentera

El sábado 19 de diciembre vi Tygra, hielo y fuego (Fire and ice), de Ralph Bakshi, director de películas de animación no infantiles y poco corrientes, como Fritz, el gato caliente (una peli transgresora y medio erótica), una versión de El señor de los anillos, y la injustamente olvidada Cool World, una película que combina dibujos animados y acción real y que es una de esas que no le gustan a nadie y a mí me parecen obras maestras. Tygra, hielo y fuego es una cinta de animación de 1983, que pertenece al género que en mi época se llamaba de “espada y brujería”, es decir, como las pelis de Conan el bárbaro. Aquí tenemos un mundo ancestral y legendario, amenazado por la lucha entre los Pueblos del Hielo y del Fuego. Los buenos son los del Pueblo del Fuego, y los malos malísimos los del Pueblo del Hielo (podía haber sido al revés, pero ha sido así), cuyos reyes, Juliana y su hijo Nekron, están extendiendo el frío, representado por un enorme glaciar, por toda la Tierra. La malísima Juliana decide raptar a Tygra, la hermosa hija de Jarold, el rey del Pueblo del Fuego, para que Nekron la tome como esposa. Para ello envía a sus lacayos, los subhumanos, una especie de trogloditas repulsivos. El argumento de la peli es muy simple, pero visualmente es una maravilla; los efectos especiales son sorprendentes para la época, y la caracterización de los personajes es muy realista, se nota que rodaron las escenas primero con actores de carne y hueso. El personaje de Tygra es muy sensual, es una auténtica tía maciza en dibujo animado. La película no se puede decir que sea para niños, pero tampoco es de temática adulta. Se queda a medio camino entre la exuberancia y casi erotismo de los dibujos y la ingenuidad del argumento. En varias ocasiones parece que vas a ver una especie de manga porno, pero al final todo resulta la mar de inocente, parece como si hubieran censurado las escenas de sexo para la versión de todos los públicos (no creo, pero da esa impresión). Todos los personajes están muy bien caracterizados, tanto los malos como los buenos, incluyendo al héroe masculino, el guapo y rubio guerrero Jarn, y al misterioso guerrero enmascarado que le ayuda, Darkwolf. El autor de los dibujos es Frank Frazzetta, un importante pintor e ilustrador. Tiene varias escenas de magia y muchas de acción; en lo que falla la cinta es en el ritmo, hay partes monótonas y repetitivas, porque el argumento tampoco da para mucho metraje, aunque la peli es corta. De todas formas, creo que es una obra bastante interesante y una pequeña joya de los 80 que merece la pena rescatar.

La profecía: El niño Anticristo

El sábado 12 de diciembre vi, por tercera vez en mi vida, La profecía (The omen), de Richard Donner, director de joyas setenteras y ochenteras como Superman, Lady Halcón o los Goonies, y también de la saga de Arma letal. Esta peli, de 1976, es una de las primeras en el género de niños diabólicos. La profecía es ya un clásico que perdura en la memoria de los espectadores (¿quién no recuerda la inquietante mirada del pequeño y diabólico Damien?), y que ha servido de inspiración a muchas producciones posteriores. A diferencia de otros niños malignos en el cine, que son simples demonios o pequeños psicópatas, en La profecía el problema es más grave, porque Damien es la encarnación del Anticristo, el mismísimo hijo de Satanás, que lleva grabado el 666, el número de la Bestia en el Antiguo Testamento, o algo así. La historia comienza un 6 de junio, supongo que de 1976, para que sea 6 del 6 del 6, en Roma, cuando la esposa del embajador de USA pierde a su hijo que acaba de nacer, y en el hospital católico en el que se encuentra, le proponen a su marido que se quede con otro bebé recién nacido sin padres, y sin que ella sepa nada, es decir, ella cree siempre que se trata de su propio hijo. Lo que ninguno de los dos conoce es la verdadera naturaleza del niño, que empezará a manifestarse cuando cumpla 6 años, en Londres, el nuevo lugar de residencia de la familia. Al parecer, su destino, cuando crezca, es instalar el reino del mal en el mundo (siempre me he preguntado cómo sería el mundo con ese reino del mal, estaría bien hacer una peli mostrando esto), y empieza a llevarse por delante, con el poder hipnótico de su mirada, y ayudado por unos cuantos servidores del Diablo, a todos los que puedan entorpecer su plan. La película conserva la misma fuerza que en su época, con su estética setentera y algunos momentos gore; no me parece demasiado terrorífica, pero sí que te deja una sensación inquietante, y tiene un par de escenas bastante escalofriantes. Los actores están fantásticos: los pobres padres de Damien (el embajador y su esposa) están interpretados por Gregory Peck y Lee Remick; también está una tal Billie Whitelaw, impresionante en el papel de la siniestra niñera, una auténtica hija de p…, acompañada siempre de un infernal rottweiler. Mención aparte merece el pequeño Damien, encarnado por Harvey Stephens, genial con sus miradas y sus rabietas de niño demonio. También es muy buena la música, un coro de voces luciferinas que suena en todos los momentos de peligro. La profecía cuenta con tres secuelas, La maldición de Damien, donde el pequeño Demonio tiene 13 años, El final de Damien, con un Anticristo adulto, interpretado por Sam Neill, y El renacer, que salió directamente en vídeo y donde el Mal está encarnado por la propia hija de Damien. También se hizo un remake que se estrenó en el cine el 6-6-2006, para darle más publicidad, y que es muy parecido al original, aunque el niño que interpreta a Damien no es tan inquietante, ni mucho menos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Paranormal activity: Noches de miedo

El domingo 29 de noviembre vi en el cine Paranormal activity, de Oren Peli, una película de la que se ha hablado mucho últimamente, tanto para bien como para mal. Unos opinan que ha supuesto una innovación y una especie de revolución en el género del terror, y otros dicen que no es más que una tomadura de pelo, al igual que ocurrió en 1999 con El proyecto de la bruja de Blair, aunque ésta fue un boom más evidente. Y como ésta, Paranormal activity pertenece al género del falso documental, lo que yo llamo “terror casero”, en el que la acción se recoge a través de las imágenes grabadas por una cámara que llevan los protagonistas. Aquí el terror es casero y minimalista, porque sólo hay cuatro actores en toda la película, la acción se desarrolla enteramente dentro de una casa, y no hay efectos especiales. El argumento también es muy sencillo: los protagonistas son una joven pareja que llevan tres años viviendo juntos, y de pronto empiezan a experimentar extraños fenómenos paranormales en su casa por la noche. Yo estoy en el bando de los que les ha gustado la peli, me ha parecido bastante acojonante. No es un terror visual ni efectista, en realidad no se ve nada del otro mundo, pero hay un miedo psicológico que se te queda dentro y después te hace pensar durante unos días, y hay un par de escenas escalofriantes. Muchos espectadores han salido decepcionados y la película no les ha impresionado lo más mínimo, pero yo es que soy de los tontos que a veces todavía les da miedo que un espíritu les asuste por la noche, qué infantil, ¿no?

domingo, 6 de diciembre de 2009

Luna nueva: Romance vampírico adolescente II

El sábado 28 de noviembre vi en el cine, por fin, Luna nueva (New moon), la segunda parte de la saga Crepúsculo (Twilight) y adaptación de las novelas super ventas de Stephenie Meyer. La primera película, Crepúsculo, estaba dirigida por la directora de films indie-adolescentes Catherine Hardwicke, pero el realizador de Luna nueva es más de cine fantástico: Chris Weitz, director, entre otras, de La brújula dorada. Como todo el mundo sabe a estas alturas, esta saga cuenta la historia de amor entre Bella, una joven de 17 años, y Edward, un vampiro aparentemente joven y guapísimo, como todos los vampiros. Tanto los libros como las películas están dirigidos fundamentalmente al público adolescente, pero también hay fans, como yo, que hace tiempo que pasamos la adolescencia, y en lugar de entretenernos con lecturas y cine propio de nuestra edad, nos da por estos subproductos juveniles, qué le vamos a hacer. Luna nueva es una adaptación muy fiel de la segunda novela, y a mí me ha encantado. Mantiene la estética oscura y elegante de la primera parte, siempre teniendo en cuenta que es cine juvenil, e incluso crece su carácter de drama romántico. Al principio de la película, Edward abandona a Bella porque se da cuenta de que es peligroso para ella estar a su lado, y se va de Forks, el pueblo donde viven, con su familia de vampiros. Bella cae en una gran depresión y desolación, que está muy, muy bien reflejada, igual que en el libro. Logra salir de ese estado gracias a su amigo Jacob, un joven indio que también está enamorado de ella y que resulta que es un hombre lobo, al igual que los demás jóvenes de su comunidad (ahora se les llama licántropos, y son enemigos de los vampiros desde Underworld). Se crea así un complicado triángulo amoroso aderezado con el elemento fantástico y los efectos especiales. Los lobos gigantes en los que se transforman los indios están muy bien hechos, y tienen tanta importancia en esta película como los vampiros. Edward sólo aparece al principio y al final de la cinta, cediendo mucho protagonismo a Jacob. Lo que no me gusta mucho es la caracterización de los protagonistas masculinos. Edward está demasiado maquillado, en la novela lo describen como un ser divinamente atractivo, y aquí lo han querido poner tan guapo, que se han pasado. Y Jacob está demasiado musculoso; son más atractivos sus compañeros licántropos, que no están tan exagerados. En la peli hay bastante exhibición de torsos masculinos, lo cual a mí me parece muy bien; llevamos toda la vida viendo exhibición de cuerpos femeninos en el cine y todo el mundo lo encuentra de lo más normal, ya era hora de que fuera al revés. La verdad es que la que sale más guapa y más natural es Bella. Es la típica heroína lánguida de la que todos se enamoran, pero la actriz, Kristen Stewart, lo hace perfectamente. También es espectacular y muy fiel al libro la aparición de los Vulturis, los vampiros guardianes y jefes supremos del orden, que viven en Italia y son bastante cabrones, la verdad. Sobre todo me parecen impresionantes Michael Sheen y la joven y magnífica Dakota Channing. Pues eso, que me ha encantado ver en la pantalla a los personajes de esta saga, que es un folletín romántico juvenil, pero a mí me fascina, y estoy deseando ver Eclipse. Y a los que critican a estos vampiros por no ajustarse al mito vampírico tradicional, les digo que se pongan al día, que esto es lo que se lleva ahora.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

2012: Cataclismo universal

El domingo 22 de noviembre vi en el cine 2012, de Roland Emmerich, director de bodrios espectaculares y comerciales como Stargate (lo único que me gusta de esa película es James Spader), El patriota (no la he visto, pero seguro que es un bodrio, mis disculpas a los que les guste) o 10000 B.C. (ésta me entretuvo, aunque sea muy mala), bodrios donde se destruye el mundo como Independence day o Godzilla, y películas entretenidas donde también se destruye el mundo como El día de mañana (ésta creo que es la más realista, por lo del cambio climático). 2012 es la más apocalíptica de todas; esta vez, el motivo de que se acabe el mundo es el cumplimiento de una profecía de los mayas, que a medida que se acerca la fecha, se difunde más y más, para que nos acojonemos un poco, ahora que ya no nos creemos las de Nostradamus. La peli tiene todos los desastres naturales que uno se pueda imaginar: terremotos, erupciones volcánicas, tsunamis… vamos, que casi toda la Tierra se va al carajo. Las escenas de destrucción son increíbles y los efectos especiales alucinantes. A mí me resultó muy entretenida, aunque dura dos horas y media. Aparte de eso, la película no tiene ninguna profundidad psicológica, ni diálogos interesantes, pero tampoco creo que nadie lo espere. Los personajes son bastante estereotipados. El protagonista principal es un escritor medio fracasado, interpretado por el maravilloso John Cusack. Es el típico hombre corriente convertido en héroe a la fuerza que lucha por salvar a su familia, compuesta por su ex mujer (Amanda Peet), sus dos hijos, niño y niña, y también se apunta al carro el nuevo marido de la ex mujer, así que hay hasta un triángulo amoroso y todo. También hay un geólogo, interpretado por el muy interesante Chiwetel Ejiofor, y también sale Thandie Newton haciendo de chica florero y de hija del presidente de USA. Éste último está interpretado por Danny Glover (el compañero de Mel Gibson en las pelis de Arma letal), siguiendo la reciente costumbre de poner un presidente americano negro en todos los films de catástrofes mundiales, y ahora más que nunca, para acojonar al público. Ah, también sale Woody Harrelson haciendo de loco visionario, en un pequeño papel y con una de las mejores escenas de la película. La historia tiene todos los topicazos hollywoodienses: exaltación de los valores familiares y patrióticos (Roland Emmerich es alemán, pero a estas alturas es más americano que si hubiera nacido en Washington), escenas sentimentaloides, escenas de acción imposibles, los buenos son ridículamente buenos y el presidente de USA es un santo... en fin, que a veces te da vergüenza ajena. Pero no importa, tú vas al cine a ver destruirse el mundo y es lo que ves, y de una forma espectacular.

martes, 17 de noviembre de 2009

Quo vadis: Espectacular y religiosa

Como buena cinéfila-cinéfaga-consumista que soy, de vez en cuando me compro alguna peli para tenerla para toda la vida, es decir, hasta que se ralle el dvd o se acabe el formato de dvd y todo sea blue-ray, es decir, por poco tiempo. Pero bueno, disfrutaré mi colección mientras pueda. Esta vez me he comprado Quo vadis en edición coleccionista con fotos muy chulas de la época, y la he visto por cuarta vez en mi vida, creo. Quo vadis, de 1951, dirigida por Mervyn LeRoy, pertenece al grupo de películas que siempre ponen en la tv en Semana Santa. Épica, bíblica, espectacular, con imponentes escenas de masas y transmisora de los más clásicos valores morales y religiosos. A mí me encanta. Dentro del género de películas de romanos (también llamado “peplum”) es la que más me gusta, junto con Espartaco y una que no es de romanos, sino de egipcios, pero que está cortada por el mismo patrón: Los diez mandamientos (Ben Hur ya se me hace un poco pesada). Quo vadis se sitúa en los principios del cristianismo y en el principio de la decadencia del Imperio Romano, en el reinado de Nerón. Narra la persecución de los cristianos, el famoso episodio del incendio de Roma y la historia de amor entre Marco Vinicio y Ligia. Marco Vinicio, interpretado por el galán Robert Taylor, es un importante legado del ejército romano, que se enamora de Ligia, una rubia y angelical cristiana, interpretada por Deborah Kerr, con su belleza fría y lánguida. Marco al principio es cínico y arrogante, un chulo, vamos, pero el amor de Ligia y la fe cristiana le transforman. También hay una emotiva historia de amor entre Petronio, tío de Marco y una especie de consejero de Nerón, y Eunice, su esclava española. Petronio tiene unos diálogos ingeniosos y geniales con Nerón. Nerón, interpretado por el maravilloso Peter Ustinov, está absolutamente soberbio. Es uno de los villanos más psicópatas y a la vez cómicos que he visto nunca. También está espléndida Popea, la mujer de Nerón, interpretada por una tal Patricia Laffan, con su expresión de zorra maquiavélica y perversa. Hay una escena típica de matanza de cristianos en el circo romano, con los leones, que me parece emocionante y con mucha tensión; lo que pasa es que hemos visto la peli tantas veces, que ya no da ni tensión ni nada, pero a mí me sigue pareciendo emocionante de todas formas, aunque ya sepa todo lo que va a pasar. La pareja principal, Robert Taylor y Deborah Kerr, también lo hacen muy bien. Siempre he pensado que son muy sositos los dos, pero la verdad es que aquí resultan muy creíbles, y ella sobre todo está guapísima. La película tiene unos discursos religiosos y moralistas que no veas, pero es lo que se puede esperar en este tipo de cine y en esa época, yo creo que ya todo el mundo sabe lo que va a ver. La fotografía me resulta muy curiosa, con ese color típico de los libros y las postales de los años 50. Da como nostalgia, aunque no haya vivido esa época.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Celda 211: Cordero entre lobos

El sábado 7 de noviembre vi en el cine Celda 211, de Daniel Monzón, director de La caja Kovac y de una película que no le interesa a nadie y a mí me parece una obra maestra: El corazón del guerrero. Celda 211 es un potente thriller y drama carcelario, una de esas películas que contribuyen a demostrar que eso de que el cine español es malo y cutre es un mito que, afortunadamente, hace mucho que quedó atrás. El protagonista y héroe de la peli es Juan Oliver, un joven funcionario de prisiones que decide ir a visitar el que será su primer puesto de trabajo un día antes de empezar en el mismo, y cuando los compañeros le están explicando cómo funciona todo, hay un motín en la cárcel. Los compañeros consiguen huir, pero él se queda atrapado en la celda 211, en el módulo de los presos peligrosos. Para que no lo maten, se hace pasar él mismo por un preso. El líder de la rebelión es un recluso apodado Malamadre, que es de los más violentos y peligrosos de la cárcel, y como cree que Juan es un preso, lo toma como su mano derecha. El papel de Malamadre está hecho para el lucimiento absoluto de Luis Tosar, que la verdad es que lo borda y está impresionante como cuando hizo de cabrón marido maltratador en Te doy mis ojos. En Celda 211 es más bien un cabrón con matices, un personaje duro y amenazador, pero con toques de humor y a veces un poco entrañable y todo. Lo único que no me gusta es lo que todo el mundo alaba: su cambio de voz. Actúa con voz ronca para que el personaje parezca más duro, pero a mí me resulta un poco caricaturesca (la voz). El papel de Juan lo interpreta un tal Alberto Ammann, que yo es la primera vez que lo veo, pero también está muy bien en su rol de hombre corriente convertido en héroe, y también está muy bien físicamente (comentario frívolo, como los que hacen los críticos masculinos de las actrices).

La película es muy buena, ahí coincide casi todo el mundo; es inquietante, dura, aunque no llega a ser brutal, y mantiene el ritmo y la emoción todo el tiempo. Tiene su parte de denuncia social y política; los más malos no parecen ser los presos, sino algunos de los funcionarios y los representantes del sistema en general, y eso me parece un pelín demagógico. El más villano de la función es el director de la prisión, un sádico torturador, interpretado por Antonio Resines, que creo que está un poco sobreactuado y tiene una escena algo absurda, pero bueno, se perdona porque la peli en conjunto es magnífica.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Pesadilla antes de Navidad: Fantasía macabra burtoniana

La madrugada del viernes 30 al sábado 31 de octubre, supongo que por aquello de Halloween, Cuatro tuvo la gran idea de emitir esta fantástica película. Pesadilla antes de Navidad (The nightmare before Christmas) está producida por Tim Burton y surge de una idea suya, y aunque no la dirige él, sino su colega Henry Selick, tiene el inconfundible sello y la estética burtonianos. Es una película de animación con la técnica de stop-motion, un método tradicional y complicado que consiste en filmar en movimiento a muñecos hechos de plastilina y otros materiales. Es la segunda vez que he visto esta peli, la vi en su día en el cine, y es una verdadera maravilla. Recrea un mundo original, fantasmagórico y oscuro, como tanto le gusta a Tim Burton. La acción transcurre en la Ciudad de Halloween, un lugar de fantasía donde viven todos los seres propios de las historias de terror: vampiros, brujas, hombres lobo y todo tipo de monstruos. Pero no son personajes malvados, más bien son siniestros frikis entrañables. El líder y el más admirado de la comunidad es Jack Skellington, un esqueleto que está atravesando una crisis existencial y se siente vacío y deprimido. Entonces, por casualidad, atraviesa una puerta en un árbol que le lleva a la Ciudad de la Navidad, quedando fascinado por sus luces, su colorido y la ilusión de los niños esperando que venga Santa Claus a traerles los regalos. Entonces decide que él tiene que llevar a los niños de Navidad otros juguetes más bonitos hechos en Halloween, para lo cual tiene que ocupar el lugar de Santa Claus. El argumento es muy infantil, de hecho, es una película para niños, pero que también gusta a los mayores, por su atmósfera gótica y mágica y su personalísima estética. Hay algo que irrita a mucha gente, y es que es una peli musical, es decir, que cantan cada dos por tres, y encima las canciones son dobladas en plan Disney. A mí eso no me importa, porque me gustan los musicales y algunas canciones de la peli son buenísimas. También tengo que mencionar a la heroína de la historia, Sally, una melancólica muñeca de Frankenstein enamorada de Jack; y al malo malísimo, Oogie Boogie, un saco bailarín, cantante y ludópata. Pesadilla antes de Navidad es un feliz y fascinante cuento de horror. Ni La novia cadáver, del propio Tim Burton, ni Los mundos de Coraline, de Henry Selick, siendo películas posteriores y maravillosas, han podido mejorar su magia.

viernes, 30 de octubre de 2009

Sensación de vivir: Jóvenes y ricos


El canal FDF (Factoría de Ficción), de la TDT, lleva un tiempo reponiendo esta serie que fue un gran éxito entre una parte de la juventud de los 90, y que también fue muy odiada y criticada por otra parte de los jóvenes más inteligentes y maduros, entre los que yo nunca me he incluido. En esa época la veía de vez en cuando, tampoco es que fuera muy adicta, pero la verdad es que me gustaba y me entretenía bastante. Y no tengo ningún reparo en reconocer que ahora, con 40 años recién cumplidos, he vuelto a verla y estoy más enganchada que entonces. El guión, como los de todas las series juveniles, es muy simplón, y los personajes, que pretenden ser profundos e interesantes, pues son bastante planos. Vamos, que la serie no tiene calidad ninguna, eso ya lo sabemos, pero a mí, que no soy muy intelectual, me resulta muy entretenida.

Como todos sabéis, esta serie, cuyo título original es Beverly Hills 90210, cuenta las vidas de un grupo de jóvenes que viven en el susodicho y lujoso barrio de Los Angeles, desde que están en el instituto hasta la universidad, y no sé si continúa después, porque los últimos capítulos no los vi (esta vez me enteraré, siempre que sigan emitiendo la serie y no la quiten por baja audiencia, es decir, por ser yo la única persona de España que la ve). Los personajes son ricos, van a la moda, se relacionan con el mundo artístico, y conocen a gente famosa. Al principio se asombra uno de lo tontos y pijos que son, pero luego los personajes van evolucionando y se enfrentan a todos los problemas propios de la juventud actual, o eso es lo que intenta reflejar la serie. Como retrato social y generacional, no parecía muy realista; a la mayoría de los espectadores, ese mundo glamouroso y super guay les resultaba muy lejano y muy artificial. Encima, los actores, como suele ocurrir, tenían por lo menos 10 años más de la edad que tenían que representar, y eso lo hacía menos creíble todavía. Pero eso no creo que le importara mucho a Aaron Spelling, productor de éste y de muchos otros mega-éxitos de la historia de la tv, como Los ángeles de Charlie, Dinastía o Starsky y Hutch.

Ahora voy a hablaros de los personajes, siento torturar tanto a mis amigos y lectores. Los más protagonistas, en principio, son Brandon y Brenda Walsh, dos hermanos gemelos que se mudan con sus padres, Jim y Cindy, a Beverly Hills. Al principio les cuesta un poco adaptarse al ambiente festivo y soleado de California, porque ellos vienen de Minnesota y allí por lo visto hace mucho frío; además, son los menos millonarios del barrio. Brandon es el más guaperas y super perfecto y no para de ligar, tiene como 40 novias en toda la serie, una detrás de otra, claro, y siempre está enamoradísimo de todas. A veces tiene algún problema, para que veamos que también es humano. Brenda, morena temperamental, tiene bastante carácter y siempre está agobiada por algo. Por lo visto, la actriz que la interpretaba, Shannen Doherty, era muy conflictiva, y de hecho fue una de las primeras en irse de la serie, haciendo los guionistas que su personaje se fuera a estudiar arte dramático a Inglaterra. Después reincidió en otra serie de Aaron Spelling, Embrujadas, y también se tuvo que ir porque al parecer se llevaba mal con todo el mundo, muriendo entonces su personaje. Los padres, Jim y Cindy, son comprensivos y maravillosos, casi, casi, como los Ingalls de la casa de la pradera, aunque sin llegar a alcanzar su perfección. Todo lo contrario que los padres de los demás protagonistas, que están casi todos divorciados, o son alcohólicos, o delincuentes, o directamente tontos. Por cierto, todos los protas son hijos únicos, y si tienen algún hermano, es hermanastro. Los demás jóvenes del grupo son: Dylan, el típico rebelde, surfista, motero, existencialista y ex-alcohólico, para completar. Kelly, que al principio es la rubia guapa y ligona del grupo, de vez en cuando se agobia por su fama de chica fácil, y después se pone a estudiar psicología en la universidad y sienta la cabeza, aunque a veces se le va la olla, como a todos. Steve, rubio bastante alegre y metepatas, muy amigo de Brandon, que se cabrea porque éste liga más que él, y siempre hace o dice alguna estupidez, pero al final siempre lo arregla. David, que al principio no era aceptado en el grupo porque es un año más joven que ellos, y a esas edades ya se sabe lo tonta que es la gente. Le encanta la música moderna y se mete a cantante, o productor musical; la verdad es que cantaba fatal, y los demás actores teniendo que hacer como que les gusta mucho, pobres. Donna, rubia amable y bondadosa, que al principio está acomplejada porque es un poco torpe en los estudios, y porque, a pesar de que liga tanto como los demás, quiere ser virgen hasta el matrimonio, y eso la verdad es que es un grave problema hoy en día. Está interpretada por Tori Spelling, hija de Aaron Spelling, el productor, y todo el mundo decía que era fea y malísima actriz, pero a mí no me lo parece, de hecho, era el personaje que más me gustaba, y me parecía más atractiva que las demás actrices (yo siempre llevando la contraria). La verdad es que es igual de tonta que todos sus compañeros, pero bueno, resulta entrañable. Y Andrea, la empollona del grupo, redactora del periódico del instituto, muy inteligente, pero que no se come una rosca hasta que llega a la universidad, pobrecilla. Más adelante hay cambios en el reparto; se van Brenda y Andrea, que ya ha conseguido ligar y se casa, y llegan Valerie, una morena que empieza siendo la villana de la serie, y cambia continuamente a medio buena y medio mala, y Clare, que es hija del rector de la universidad y su rasgo más distintivo es que no para de ligar y cambiar de pareja, como todos. Los capítulos en que los jóvenes están en el instituto y las primeras temporadas de la universidad son los mejores, los personajes son medianamente coherentes y las situaciones más o menos interesantes, pero después la cosa empieza a desvariar, los protas cambian mil veces de pareja y se lían todos con todos, excepto Kelly y David, cuyos padres se casan y entonces se convierten en hermanastros y ya no se pueden liar (deberían aprender de los Serrano), y Donna, que sólo tiene como pareja a David y a personajes fuera de la pandilla (como Tori Spelling tenía enchufe, seguro que pudo exigir y dijo que ella no se prestaba a esos mamoneos). Para ver todas las parejas que hay a lo largo de la serie, mirad la wikipedia, que lo explica muy bien. Total, que esto termina siendo un culebrón norteamericano juvenil. Se me olvidaba otro personaje: Nat, el maduro dueño del Peach Pit, el bar donde suelen reunirse todos, entrañable como Chu-Li en Falcon Crest, pero con más papel. Muchos de los personajes caen en la droga o el alcoholismo, o en depresiones o sectas, aunque se recuperan rápido, y se acuestan con todos los que pillan, pero ninguno fuma.

Hasta aquí mi larga crónica sobre Sensación de vivir. Si alguien es capaz de leerla, aconsejo que lo hagan por partes para evitar embolias y trombosis.

martes, 20 de octubre de 2009

Infectados: Pandemia del fin del mundo

En estos tiempos que corren, de pánico y paranoia con la gripe A y demás virus, es emocionante ver una peli como Infectados; sales del cine acojonado. La vi el domingo 18 de octubre; Infectados (Carriers) es una película americana, pero dirigida por dos hermanos españoles, Álex y David Pastor. Pertenece al subgénero de películas apocalípticas con humanidad devastada por virus mortal. No se puede decir que sea de terror, al menos, no es terror sobrenatural. Yo la definiría como un thriller-dramón apocalíptico. No salen zombies, ni monstruos, ni muertos vivientes, sino que la gente se muere de verdad por una enfermedad real y super contagiosa, aunque no se llega a decir el nombre de la enfermedad, ni de dónde viene. La película comienza cuando casi toda la población mundial ha muerto o tienen el virus. Los protagonistas son cuatro jóvenes (dos chicos hermanos, la novia de uno de ellos y otra chica), que van conduciendo por las carreteras desérticas de USA para refugiarse en un lugar apartado que conocen los dos chicos, en la playa, y así evitar encontrarse a nadie que les pueda contagiar. De modo que es también una especie de road movie, pero no es un viaje de descubrimiento, como en otras películas, sino un viaje por la supervivencia. No hay héroes ni villanos, los protagonistas son como todos los seres humanos: a veces valientes, a veces estúpidos, y a veces son unos cabrones, pero no tienen más remedio que ser así. Todos tienen la misma motivación: sobrevivir. La película es cruda, directa, sin concesiones. Se pasa fatal viéndola, pero me pareció muy buena. Es un terror real, ves que podría suceder, por eso da más miedo.

sábado, 17 de octubre de 2009

Ágora: La decadencia de una época

El lunes 12 de octubre, después de tanto tiempo esperando, vi por fin en el cine Ágora, la mega-obra de Alejandro Amenábar, de producción totalmente española, pero con todos los actores extranjeros. Me ha gustado más de lo que pensaba, en realidad me ha fascinado. Pensé que iba a ser una superproducción monumental sin alma, y sí, es una película monumental y comercial orientada al mercado exterior, pero tiene el sello propio y característico de Amenábar. Yo creo que una vez más ha vuelto a demostrar que es un genio y un director diferente. La peli recrea la antigua civilización de Alejandría, en el siglo IV d.c., y su protagonista absoluta y heroína es un personaje histórico que nunca se ha tratado en el cine, que yo sepa (yo ni siquiera la conocía de nada): Hipatia, una mujer que fue filósofa, matemática y astrónoma, una científica adelantada a su época. En la película, además, es bondadosa y guapísima (claro, es que la interpreta Rachel Weisz), y tiene dos enamorados incondicionales: Davo, uno de sus esclavos, y Orestes, uno de sus discípulos. Pero a ella no le interesa el amor terrenal, está entregada al estudio y al conocimiento del Universo. En esta época se produjo la división entre el Imperio Romano de Oriente y de Occidente, y fue decisiva en la historia de la humanidad porque supuso el cambio de las religiones politeístas, que adoraban a los dioses, a las monoteístas, en este caso la judía y la cristiana. La película nos muestra cómo convivían todas estas culturas en Alejandría. Bueno, convivir, no convivían mucho, más bien se llevaban a matar. El cristianismo comenzaba a consolidarse como una de las religiones dominantes en la nueva civilización. Y como el poder corrompe, los cristianos son los villanos de la peli, unos fanáticos fundamentalistas. Ésta es otra de las grandes originalidades de Ágora: se muestra al cristianismo en sus orígenes como una secta oscura y perversa, unos auténticos talibanes. Todos hemos visto las películas de la Inquisición donde se ven las barbaridades que hizo la Iglesia Católica, pero nadie hasta ahora había tenido el atrevimiento de mostrar esas barbaridades en la incipiente Iglesia Cristiana. Todos los fanatismos son malos, por muy buenas que sean las ideologías.

La película tiene imágenes espectaculares y escenas muy poéticas. Hay partes muy realistas, cuando se muestra cómo era la vida cotidiana en aquella época, las calles, la gente… En el aspecto técnico también me parece muy innovadora, con movimientos de cámara inusuales, pero que ayudan en el avance de la historia. A veces la cámara se aleja y refleja la acción desde el exterior, tanto, que hay varias imágenes del planeta Tierra, como si fuera un documental del Universo. Mucha gente ha criticado este recurso, dicen que no pega con la historia, pero yo creo que pega perfectamente, porque nos acerca a la mentalidad de Hipatia y a su pasión por las estrellas. Yo creo que la gente que no le ha gustado esta película es porque esperaban una cinta histórica convencional, y Ágora no lo es.

miércoles, 7 de octubre de 2009

[REC]2: Regreso a la Casa del Mal

El sábado 3 de octubre vi en el cine [REC]2, secuela de [REC], y de los mismos directores, Jaume Balagueró y Paco Plaza. [REC] fue un bombazo en su día y un gran éxito dentro y fuera de nuestras fronteras (los americanos hicieron el inevitable remake-calco, Quarantine), y es una película muy acojonante y original, porque puso de moda un estilo (con el precedente de El proyecto de la bruja de Blair), ahora copiado hasta la saciedad: el del falso documental, rodar toda la película cámara en mano como si el que maneja la cámara fuese un personaje más y nosotros sólo vemos lo que él está grabando. Esto se supone que da más realismo a la historia. [REC]2 empieza donde terminaba [REC], con el edificio de viviendas lleno de zombies (últimamente se llaman infectados, y son mucho más rápidos e igual de agresivos que los zombies antiguos), y sellado por la policía y el ejército para que nadie pueda salir. Entonces llega un grupo de Fuerzas Especiales, o Geos, o algo así, aunque sólo son cuatro (y uno de ellos es el que maneja la cámara, porque aquí sigue la fórmula de cámara en mano, claro), con la misión de entrar en la casa para averiguar qué ha pasado y ver si hay supervivientes, y tienen que entrar acompañados de un enviado del Ministerio de Sanidad. Cuando entran, resulta que el del Ministerio es un cura, y todo es una operación secreta de la Iglesia. A pesar de eso, el de la cámara tiene que registrarlo todo, lo cual me parece muy absurdo, pero claro, es la excusa para que siga la fórmula de cámara en mano. Y la misión no es la que pensaban… Ya no cuento más de la misión, porque entonces estaría contando el final de [REC], por si alguien no la ha visto. Sólo os cuento que la culpa de que todos los protagonistas de la peli anterior se hayan convertido en zombies es del mismísimo Demonio, vamos, que los infectados en realidad están poseídos por el Diablo. Esto se descubre pronto, no es un misterio de la película, y a partir de entonces todo el argumento es una mezcla de conspiraciones de la Iglesia, intentos de exorcismos, ataques y transformaciones de los infectados-poseídos, y carreras por la escalera del edificio (esto último, igual que en [REC]). Encima, la cosa se complica cuando, a pesar de las acojonantes medidas de seguridad, consiguen entrar más personas en el edificio, entre ellos unos adolescentes bastante “jartibles” (como decimos en Andalucía), que también llevan cámara, así que la acción también se registra desde su punto de vista. Leyendo esto, parece que la película es un despropósito y que no me ha gustado nada, pero sí que me gustó, a pesar de sus fallos. El argumento es una paranoia, pero el elemento diabólico da un nuevo giro a la trama que yo al menos agradecí, porque si no sería otra vez lo mismo. Los actores está muy bien; sobre todo el cura, interpretado por un tal Jonathan Mellor, es genial, es una mezcla de Padre Karras y de Bruce Campbell (el protagonista de las películas 2 y 3 de la saga de Posesión infernal). Los personajes de los adolescentes son repelentes, pero los actores lo hacen muy bien, y la niña zombi (la misma de la primera parte) sale poco, pero impresiona. Hay doble sorpresa final, pero no la digo, claro.

viernes, 2 de octubre de 2009

Los sustitutos: La vida virtual

El domingo 27 de septiembre vi en el cine Los sustitutos (The surrogates), de Jonathan Mostow, director, entre otras, de Terminator 3, la peor peli de la saga, según todo el mundo, pero que a mí me gustó bastante. Los sustitutos pertenece al subgénero de películas que critican una posible sociedad futura super mecanizada y deshumanizada. La acción se sitúa en una época del futuro (aunque no se dice en qué año), en una sociedad donde todo el mundo vive muy bien, con lujo y confort; las personas están todo el día en sus casas, conectadas a unas máquinas de realidad virtual con las que manejan a unos robots que son los que salen, trabajan y hacen las tareas de cada día. Los robots se llaman “sustitutos”, cada persona tiene el suyo y elige su apariencia física, es decir, que tienen la imagen que a cada uno le gustaría tener, todos guapos y super guay. Vamos, como un Second Life más avanzado. Las personas viven y sienten a través de sus sustitutos-avatares, cómodamente en sus casas, y si hay algún problema, desconectan y ya está. La gente parece estar contenta y acostumbrada a esta vida aparentemente idílica. También hay una minoría, los dreads, que están en contra de este modo de vida, viven en reservas, y rechazan la civilización, pero tampoco son los héroes de la película, sino una especie de secta radical. Entonces aparece alguien, no se sabe quién, que tiene un arma desconocida capaz de hacer explotar las cabezas de los sustitutos y de paso cargarse a sus dueños. Los encargados de la investigación son una pareja de policías, interpretados por Bruce Willis (éste sí es el héroe absoluto de la peli) y la estupenda Radha Mitchell. Ellos, como todo el mundo, también realizan el trabajo, incluyendo persecuciones y disparos, desde su casa, manejando a los sustitutos. Pero el sustituto de Bruce Willis se destroza en una persecución y, como le apartan del caso por saltarse las órdenes y no le van a dar un nuevo robot durante un tiempo, decide continuar la investigación por su cuenta y sale a la calle en carne y hueso, con un par de c…. Menos mal, porque Bruce Willis de robot guapo está bastante ridículo, con peluquín rubio y cara de palo. Está más atractivo de macho salvador del mundo, con barba, cicatrices y cara de agobiado. Y eso es lo que pretende la película, claro, que nos demos cuenta de que es mejor lo natural y vivir la vida por uno mismo, frente a una sociedad artificial, y que tengamos cuidado porque podríamos llegar a eso (ya tenemos el Second Life), en fin, un mensaje que ya hemos visto en muchas películas futuristas de una forma u otra. A mí me gustó la peli, y aunque el mensaje sea el de siempre, creo que está plasmado de una forma bastante original. He visto películas de realidad virtual, pero no he visto ninguna en la que todo el mundo tenga alter-egos robots. Por lo visto, esta peli está basada en un comic (novela gráfica, como les llaman ahora), no me gustan mucho los comics, pero éste debe ser interesante. Los actores, cuando hacen de robots, están muy correctos, ponen caras impasibles, pero no demasiado; son robots bastante humanizados. Y el maquillaje para hacerlos guapísimos tampoco es muy exagerado, excepto en el caso de Bruce Willis, pero supongo que eso lo han hecho a propósito para que nos guste más el Bruce “real”. La cinta tiene bastante acción, claro, pero también tiene su parte psicológica al mostrar el punto de vista del protagonista y cómo sus ideas van evolucionando. Es el típico héroe solitario contra el mundo, pero no es el típico héroe invencible, sino, más que nada, un hombre agobiado, ésa es la impresión que me dio. También me gusta que no haya historia de amor con su compañera, Radha Mitchell, sino que la historia de amor, los problemas y traumas, son con su propia mujer, interpretada por Rosamund Pike; esto también es horriblemente típico, al fin y al cabo es una peli comercial de entretenimiento, pero no es un entretenimiento alienante, sino que te hace pensar un poquillo, que de vez en cuando viene bien.

domingo, 27 de septiembre de 2009

El secreto de sus ojos: Thriller romántico argentino

El sábado 26 de septiembre vi en el cine El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Es una película argentina que combina el thriller con el drama romántico clásico y también tiene partes de humor, supongo que para aliviar un poco la tensión, ya que el punto de partida es un crimen que origina el tono dramático de la historia. El protagonista, Benjamín Espósito, interpretado por Ricardo Darín, es un secretario de un juzgado que se acaba de jubilar y quiere escribir una novela contando un hecho que le marcó 30 años atrás: la investigación de la violación y asesinato de una joven. Fue un crimen que él mismo intentó resolver, saltándose todos los protocolos y ayudado por su compañero Sandoval, el personaje cómico de la película, que está medio alcoholizado, y por su propia jefa, Irene, de la que está enamorado, pero no se atreve a decirle nada. La acción comienza en el presente, cuando Benjamín va a visitar a Irene, a la que hace 25 años que no ve, para contarle que está escribiendo la novela, y toda la película transcurre en continuos saltos entre el presente y los recuerdos de Benjamín. Éste, impresionado por el brutal asesinato, y ante la ira de sus superiores, que habían archivado el caso, decidió buscar al culpable por su cuenta, para intentar también ayudar al marido de la chica asesinada, que el pobre estaba desesperado ante la indiferencia de la justicia. Cuando los protas encuentran por fin al presunto asesino, entra en juego la corrupción del gobierno, y ya no cuento más.

La película tiene un tono melancólico, sombrío, con algunas escenas duras, con partes cómicas, como he dicho antes, pero que no desentonan, al contrario, se agradecen. Toda la historia está también condicionada por la parte romántica, por un lado, el amor triste e interrumpido del marido de la joven asesinada, y por otro, el amor no confesado entre Benjamín e Irene; este romance es sutil y se manifiesta sobre todo por la intensidad de las miradas entre los dos. Las miradas son muy importantes en la película, de ahí su título. Los actores están extraordinarios; Ricardo Darín, que siempre ha sido un gran actor, aquí se come la pantalla con la mirada. Soledad Villamil, que interpreta a Irene, también está soberbia. La mayoría de las críticas que he visto califican esta peli de obra maestra; a mí no me parece tanto, pero sí una película muy bonita que rezuma poesía, y desde luego la recomiendo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

La vida ante sus ojos: Ésta es un drama adolescente-espiritual

El sábado 19 de septiembre vi en el cine La vida ante sus ojos (The life before her eyes), de Vadim Perelman, director de Casa de arena y niebla, una película que no he visto, pero que por lo visto es un dramón. La vida ante sus ojos es una peli de las llamadas “raras”, que poca gente conoce y menos gente verá, por lo menos en mi provincia, Cádiz. Las actrices principales son la maravillosa Uma Thurman, mi actriz preferida, que interpreta a Diana, una mujer atormentada, y Evan Rachel Wood, una joven actriz que interpreta a Diana de adolescente. El motivo de que Diana esté atormentada es el trauma sufrido hace 15 años, siendo estudiante, cuando a un compañero se le fue la olla y acudió al instituto con un rifle, cargándose a un montón de gente (en plan Columbine), incluyendo a su mejor amiga. La acción de la película está dando saltos continuamente en el tiempo, mostrándonos la vida de Diana adulta y de Diana adolescente. Diana adulta está felizmente casada con un profesor, que al parecer le gustaba ya de adolescente, tiene una hija rubita muy mona, y un trabajo muy bueno de profesora universitaria, así que lleva una vida aparentemente idílica, estropeada sólo por los recuerdos de su experiencia traumática que la atormentan más a medida que se acerca el 15º aniversario de la matanza del instituto. Estos recuerdos parece que amenazan su cordura, porque en seguida vemos que algo no va muy bien en su cerebro, aunque se nos presenta de manera sutil al principio. La vida de Diana adolescente se describe sobre todo a través de su amistad con Maureen, una chica muy distinta a ella, y aquí aparecen una serie de topicazos de cine adolescente americano: Diana es rubia, guapa, alocada, le gusta ligar con hombres mayores… ella misma se describe como una “putilla”; y Maureen, por el contrario, es morena, más “feílla” (a mí me parecía normalita, pero es que Diana era guapísima, claro), más recatada, y encima católica practicante, para completar los topicazos. Y a pesar de ser tan distintas, son super amigas. De todas formas, no me molesta esa descripción tan simplona de su relación, y tampoco me parece lo más importante de la historia. La peli sigue avanzando con la descripción de las dos épocas de la vida de Diana y con continuos flashbacks del momento trágico en que ella y Maureen están encerradas en un baño del instituto con Michael, el adolescente asesino, que les está apuntando con el rifle. A medida que se repite la escena, descubrimos algo más de la realidad, porque la realidad no es lo que parece. Y ya no digo más, por si alguien por remota casualidad lee esta crítica y alguien por remota casualidad quiere ver la película. A mí la peli me gustó bastante; el tema no es lo más original del mundo, pero tampoco está demasiado trillado. Me recordó mucho a una peli de terror de finales de los 80, que me parece una obra maestra, y que no diré cuál es, porque entonces ya estoy contando el final de ésta (aunque la peli que digo no es muy conocida para todo el mundo). De todas formas, La vida ante sus ojos no es de terror, sino más bien un drama onírico y espiritual con adolescentes medio intelectuales, con una estética luminosa, y donde no sabes si lo que estás viendo es la realidad. A mí esto último me encanta, y los demás elementos tampoco me disgustan, así que la película me pareció interesante, pero ésa es sólo mi opinión, claro.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Distrito 9: Drama social alienígena

El domingo 13 de septiembre vi en el cine Distrito 9 (District 9), de Neill Blomkamp. Es una coproducción entre Nueva Zelanda y Sudáfrica; el director y todos los actores son desconocidos (yo por lo menos no conozco a ninguno), y el único nombre popular es el del productor, Peter Jackson, antiguo director de películas gore de serie Z y ahora reconvertido en director mega-star hollywoodiense. Esta peli es básicamente de acción y ciencia ficción, pero también es un dramón de denuncia social. La sensación más destacada que me produjo, y que recordaré con el tiempo, fue la tristeza: es una película muy triste. La acción se sitúa en Sudáfrica, se supone que en la época actual, y empieza narrando, como si fuera un reportaje o un documental, cómo hace 20 años llegó una gran nave espacial y se quedó flotando sobre Johannesburgo, al parecer averiada, porque se desprendió un módulo con una colonia de alienígenas que cayeron a la Tierra y ya no pudieron volver, quedando atrapados en nuestro planeta. Entonces empieza la denuncia social: los humanos, en lugar de acogerlos, los aislaron en un ghetto y los pobres se quedaron ahí como refugiados durante 20 años, en plan apartheid, con todos los problemas de delincuencia, explotación, etc. Curiosamente, la población negra los trata tan mal como los blancos les habían tratado a ellos. Hasta que el gobierno decide trasladarlos a otro lugar más alejado para que no les den problemas. El encargado de dirigir la operación, ayudado por el ejército, es el protagonista de la peli, al que parece que le han encargado este marrón porque nadie quería hacerlo, ya que no es el típico héroe cachas ni mucho menos, sino un pobre hombre de lo más corriente. El actor que lo interpreta, que todavía no me he enterado si es Sharlto Copley o Jason Cope, la verdad es que lo borda. Los alienígenas son unos bichos con aspecto de langostinos o centollos más altos que los humanos y que hablan un idioma que suena parecido al de alguna de las razas de La guerra de las galaxias. Tras diversas peripecias que no voy a contar, el prota hace amistad con uno de los alienígenas y su hijo (un pequeño centollo) e intenta ayudarles, en parte porque le conviene a él, a poner en marcha la nave, que sigue flotando sobre todos ellos, para que los aliens puedan volver a su casa, que es lo único que querían los pobres, como ET.

La película en general me parece interesante. Casi todo son escenas de violencia, bichos, disparos con armas sofisticadas, y chorros de sangre humana y extraterrestre. Pero también está el trasfondo social y crítico; los alienígenas son todos víctimas o delincuentes obligados, y los malos de la historia son los humanos, representados sobre todo por el ejército y el gobierno. Eso me encanta, que ya está bien de películas americanas patrioteras. También me gusta que el protagonista sea una especie de Peter Sellers patoso huyendo de todos los cabrones que le persiguen, le disparan y le torturan. Hay que ver lo que pasa el pobre. Tal vez la peli se pasa un poco de dramática, pero eso es lo que pretende el guión, una historia que haga reflexionar con una metáfora extraterrestre. A mí me dejó una sensación de mucha tristeza.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Expediente 39: La niña demonio

El domingo 6 de septiembre vi en el cine Expediente 39 (Case 39), de Christian Alvart. Esta película pertenece al subgénero de “niños diabólicos”. En este caso se trata de una inquietante niña de 10 años interpretada por Jodelle Ferland, la protagonista de la morbosa y polémica Tideland. La heroína de la película es Renée Zellweger, que interpreta a Emily, una asistente social que salva a Lilith (el nombre ya lo dice todo), una niña a punto de ser asesinada por sus padres. Emily consigue la custodia de la chica y se la lleva a su casa hasta que le encuentren una familia adoptiva. Pero la que al principio parecía una dulce y desamparada niña, resulta ser un demonio, en el peor sentido de la palabra, vamos, un demonio de verdad. Esto enseguida se descubre, es decir, que no es una película de suspense que al final da un giro de 180 º y resulta que el protagonista es el malo. Ojalá, porque la verdad es que la película empieza muy bien; los padres parecen muy siniestros, pero es que estaban amargados con esa hija, claro, y la escena en que la intentan matar y Emily la salva, está muy, muy conseguida. Después la niña pasa de parecer una víctima angelical a una pequeña psicópata, y luego un ser demoníaco, incluso se insinúa que es el auténtico Lucifer, con toda la parafernalia de poderes sobrenaturales, asesinatos, transformaciones, etc. Si el guión hubiera seguido en la misma tónica que en las primeras escenas, hubiera sido un thriller muy interesante, pero enseguida se decanta por el terror más gore, burdo y disparatado, que es lo que predomina ahora en las pelis de miedo y lo que vende. La transición de Lilith ocurre bastante rápido, se nota que el director está deseando ir “al grano”, es decir, a la fase sangrienta y de efectos especiales. La verdad es que esa parte está bien hecha y también estás en tensión a ver qué pasa, pero es una pena que predomine sobre la parte psicológica. La actuación de Jodelle Ferland es acojonantemente buena, cambia de registro con gran facilidad y te transmite perfectamente la maldad pura del personaje. Renée Zellweger no me convence mucho en este tipo de películas, ni a mí ni a casi nadie, creo yo. A ratos parecía que estaba haciendo una de sus comedias habituales, aunque creo que a ratos la película también pretendía ser una comedia.

sábado, 5 de septiembre de 2009

El diario de los muertos: Terror inteligente

El martes 1 de septiembre vi en dvd El diario de los muertos (Diary of the dead), de George A. Romero, el director de los zombies, como yo le llamo, porque aunque ha hecho muchas pelis de terror y misterio sobrenatural, siempre será conocido por sus películas de muertos vivientes, género que prácticamente creó con La noche de los muertos vivientes, de 1968, cinta de culto y rodada en b/n, y que continuó con otras películas parecidas, pero mucho más gore. En sus historias se muestra una crítica a la sociedad y a la maldad del género humano, tal como han hecho muchos directores, pero a él se le ocurrió hacerlo a través del género de terror zombi, un planteamiento en principio muy original. La idea, aunque sea metafórica, de que cualquier persona puede convertirse en un monstruo descerebrado que sólo quiere comerse a otros seres humanos, y encima casi siempre por causa de un virus o experimento realizado por el propio hombre, es escalofriante, aunque, después de varias películas repitiendo lo mismo, la fórmula ya resultaba un poco cansina. Entonces el género se revitalizó, y yo creo que se mejoró, con películas como 28 días después o El amanecer de los muertos (remake de Zombi -Dawn of the dead-, de Romero), que a mí me parecen obras maestras absolutas. El diario de los muertos es una especie de refrito, ya que mezcla la fórmula de los zombies con la fórmula relativamente reciente de que algún personaje está grabando los sucesos cámara en mano y nosotros lo vemos todo a través de esa cámara, como si fuera un documental, con lo cual la acción parece más realista. El mejor ejemplo de esta nueva moda es [REC], otro peliculón. El diario de los muertos también se apunta al carro del terror juvenil, porque los protagonistas son universitarios que de pronto se encuentran con que el mundo ha entrado en una especie de apocalipsis, ya que empiezan a aparecer muertos vivientes, que antes eran personas normales, que devoran a todo el que pillan y que pueden convertir a cualquiera en uno de ellos (como siempre en estas pelis, claro). Los protas comienzan una huida por todo USA y van registrando lo que sucede para colgarlo en la red y que el mundo pueda presenciar lo que ocurre sin que los medios de comunicación oculten la verdad, como hacen siempre. Todo esto no es nada original y ya lo hemos visto muchas veces, por eso a la mayoría de la gente no le ha gustado esta película, pero yo (que siempre llevo la contraria) la he encontrado bastante interesante e incluso inquietante, y debajo de todo el gore (tampoco es que tenga mucho gore, lo normal en estos casos), le he visto bastante terror psicológico, al igual que en la anterior obra de Romero, La tierra de los muertos vivientes, que tampoco le gustó a casi nadie y a mí sí. Al principio la estética de falso documental me mantenía un poco apartada de la acción y no me impresionaba mucho, pero después me fue envolviendo la historia y hubo escenas que me impactaron bastante, no porque fueran muy crudas, sino por la sensación que producen. Por eso opino que es terror inteligente, además los diálogos están llenos de frases que hacen pensar, por lo menos a mí me activaron mis pocas neuronas.

martes, 1 de septiembre de 2009

Crepúsculo: Vampiros adolescentes

Voy a hablar, no tanto de una película, sino de una saga literaria, que es best seller y súper boom entre los adolescentes y los que tenemos mentalidad de adolescente. Los críticos normales los consideran literatura de poca calidad para lectores ociosos de bajo coeficiente intelectual, pero como eso es lo que yo soy, seguramente, a mí me han encantado y he devorado los cuatro libros, cuya autora es Stephenie Meyer: Crepúsculo, Luna nueva, Eclipse y Amanecer. No es literatura de terror, sino de fantasía, romántica y juvenil. La primera novela ha sido adaptada al cine (la película también me encantó), la segunda, Luna nueva, se estrenará en noviembre, y las demás pronto empezarán a rodarse. Los libros cuentan la historia de amor entre Bella, una tímida adolescente, y Edward, un vampiro guapísimo y divino de la muerte. Se conocen cuando Bella va a vivir a Forks, un pueblo perdido de la América silvestre, con su padre, el jefe de policía del pueblo. Edward vive con su familia de vampiros, compuesta por sus padres y hermanos, aunque son todos adoptados porque los vampiros, al parecer, no pueden tener hijos. Bella, como ya he dicho, es tímida y no tiene la autoestima muy alta; se considera torpe y poco agraciada, pero al parecer, los demás no la consideran así, porque desde que llega al instituto tiene un montón de admiradores, y Edward, el vampiro super guapísimo, también se enamora de ella enseguida. El argumento, como veis, es básicamente un topicazo para adolescentes, pero vamos, me da igual, a mí me enganchó de todas formas. Edward, como Bella, tiene 17 años, bueno, en realidad tiene 90, pero como fue convertido a la edad de 17 (en 1917), ya no va a envejecer ni a morir, probablemente; en el universo creado por Stephenie Meyer, los vampiros pueden morir, pero la única forma es cortarlos en trocitos y quemar los trozos, así que son casi inmortales. Todos son como Edward, es decir, guapísimos y divinos de la muerte y con poderes sobrenaturales. Viven más o menos apartados de los seres humanos, a los cuales tienen que matar de vez en cuando, ya que sólo se alimentan de su sangre. Y eso los seres humanos no lo saben, claro. Pero Edward y su familia sí viven integrados en la sociedad y no matan a personas, sólo matan y beben sangre de animales, así que están a dieta porque por lo visto la sangre de los humanos está mucho más buena. Bella quiere que Edward la convierta en vampira para poder vivir juntos eternamente, pero Edward tiene un conflicto moral, ya que no piensa que ser vampiro sea lo más ideal del mundo. El pobre también se agobia porque cuando está con Bella tiene que tener mucho cuidado de no hacerle daño, porque tiene mucha fuerza, y controlarse para no beberse su sangre, vamos, que su amor tiene muchas dificultades, para eso son los héroes de la historia. En el segundo libro, Luna nueva, Edward deja a Bella y se va para no poner su vida en peligro, y entonces aparecen más elementos sobrenaturales, porque a Bella le entra una depresión muy grande y se hace amiga de Jacob, un joven indio licántropo que vive con su tribu de hombres lobo, que, como manda la tradición reciente, son enemigos de los vampiros. Jacob también se enamora de Bella (otro más), y la historia se complica con este triángulo amoroso. Tampoco es que esta historia sea muy complicada, si alguien busca una novela de misterio o terror, que no lea esta saga, que está más bien dirigida a las adolescentes que pueden identificarse y querer ser como la heroína, Bella. A mí esto no me ha pasado, porque soy un poco más mayorcita, pero sí me ha enganchado la parte fantástica de la historia (la parte romántica a veces es demasiado empalagosa), y me ha fascinado el mundo propio creado por la autora con su psicología vampírica y “licántropa”, o como se diga.

domingo, 30 de agosto de 2009

Mentes criminales: Viajando a lo más oscuro de la mente humana

Esta es otra serie de mis series preferidas, pero no ha tenido mucho éxito (normal, si me gusta a mí). Al principio Tele 5 la trató fatal, con cambios continuos de día y hora, con lo cual a los pocos fans que tiene en España se nos hacía muy difícil seguirla; por eso no he podido verla todo lo exhaustivamente que hubiese querido. Ahora parece que se ha hecho un hueco más estable y todos los jueves por la noche hay sesión continua de Mentes criminales, con capítulos nuevos y antiguos. La serie trata sobre el trabajo de una unidad especializada del FBI, llamada Quantico, que existe realmente (pero la serie y los personajes son de ficción), y resuelve los casos de una forma psicológica, estudiando la mente de los delincuentes. Les llaman cuando son casos extremos de psicópatas muy peligrosos, vamos, los asesinos más degenerados que te puedas imaginar. Estos agentes estudian la forma de cometer los asesinatos, descubren los traumas de los criminales (que están todos como putas cabras, con perdón), y resuelven siempre los casos. Los casos son muy oscuros y sórdidos, como os podréis imaginar, aunque no llega al gore porque esto es tv, no cine. A mí estas series de policías tipo CSI o Sin rastro no me suelen gustar, pero esta me parece diferente. Y yo creo que es por los personajes, los agentes, que son muy humanos y entrañables y cada uno con sus traumas (normal, con los casos que tienen que resolver…) El más entrañable es Gideon, que es el jefe en las dos primeras temporadas, pero al final de la segunda temporada le entra una depresión (no me extraña) y se va por ahí con el coche a recorrer las carreteras de América y ya no vuelve. Lo interpreta Mandy Patinkin, que está fantástico. Después le sustituye Joe Mantegna, que no tiene tanto carisma y con él la serie pierde un poco, en mi opinión. También está Hotchner, que es muy serio y muy eficaz, siempre tiene cara de agobiado, y está casado y con un niño, pero al final la mujer no aguanta la presión y se separa. El que más me gusta es Spencer Reid, un joven cerebrito que tiene mogollón de carreras universitarias y lo resuelve todo, pero es tímido y le cuesta trabajo relacionarse (topicazo, pero a mí me encanta). El personaje más cómico no es un hombre, como siempre, lo cual es un detalle original, sino una mujer, Penélope García, una hacker informática, gordita y friki, que casi siempre está en el sótano con los ordenadores y te lo encuentra todo en un instante. También está Morgan, que es muy majo y siempre está coqueteando con García, pero en broma. Y luego hay dos mujeres, que son las más normales y caen un poco más en los tópicos: JJ, la rubia guapa e inteligente, y Elle, la morena guapa e inteligente, que un día se le va un poco la olla (con razón) y mata a un violador cabrón, y la absuelven pero se va. Es sustituida por Emily Prentiss, otra morena guapa, que al principio la colocan los de asuntos internos para espiar a los demás, pero enseguida pasa de eso y se integra bien en el grupo. Otra cosa que me parece muy original en la serie es que todos los capítulos empiezan y terminan con una cita de algún personaje histórico, supongo que habrá gente que le parecerá una pedantería, pero a mí me gusta. No sé si a alguien le habrán entrado ganas de ver la serie leyendo este comentario, supongo que no, pero yo creo que merece la pena. Eso sí, la gente sensible que se abstenga, que los casos suelen ser espeluznantes.