domingo, 20 de diciembre de 2009

Tygra, hielo y fuego: Fantasía animada ochentera

El sábado 19 de diciembre vi Tygra, hielo y fuego (Fire and ice), de Ralph Bakshi, director de películas de animación no infantiles y poco corrientes, como Fritz, el gato caliente (una peli transgresora y medio erótica), una versión de El señor de los anillos, y la injustamente olvidada Cool World, una película que combina dibujos animados y acción real y que es una de esas que no le gustan a nadie y a mí me parecen obras maestras. Tygra, hielo y fuego es una cinta de animación de 1983, que pertenece al género que en mi época se llamaba de “espada y brujería”, es decir, como las pelis de Conan el bárbaro. Aquí tenemos un mundo ancestral y legendario, amenazado por la lucha entre los Pueblos del Hielo y del Fuego. Los buenos son los del Pueblo del Fuego, y los malos malísimos los del Pueblo del Hielo (podía haber sido al revés, pero ha sido así), cuyos reyes, Juliana y su hijo Nekron, están extendiendo el frío, representado por un enorme glaciar, por toda la Tierra. La malísima Juliana decide raptar a Tygra, la hermosa hija de Jarold, el rey del Pueblo del Fuego, para que Nekron la tome como esposa. Para ello envía a sus lacayos, los subhumanos, una especie de trogloditas repulsivos. El argumento de la peli es muy simple, pero visualmente es una maravilla; los efectos especiales son sorprendentes para la época, y la caracterización de los personajes es muy realista, se nota que rodaron las escenas primero con actores de carne y hueso. El personaje de Tygra es muy sensual, es una auténtica tía maciza en dibujo animado. La película no se puede decir que sea para niños, pero tampoco es de temática adulta. Se queda a medio camino entre la exuberancia y casi erotismo de los dibujos y la ingenuidad del argumento. En varias ocasiones parece que vas a ver una especie de manga porno, pero al final todo resulta la mar de inocente, parece como si hubieran censurado las escenas de sexo para la versión de todos los públicos (no creo, pero da esa impresión). Todos los personajes están muy bien caracterizados, tanto los malos como los buenos, incluyendo al héroe masculino, el guapo y rubio guerrero Jarn, y al misterioso guerrero enmascarado que le ayuda, Darkwolf. El autor de los dibujos es Frank Frazzetta, un importante pintor e ilustrador. Tiene varias escenas de magia y muchas de acción; en lo que falla la cinta es en el ritmo, hay partes monótonas y repetitivas, porque el argumento tampoco da para mucho metraje, aunque la peli es corta. De todas formas, creo que es una obra bastante interesante y una pequeña joya de los 80 que merece la pena rescatar.

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