domingo, 6 de diciembre de 2009

Luna nueva: Romance vampírico adolescente II

El sábado 28 de noviembre vi en el cine, por fin, Luna nueva (New moon), la segunda parte de la saga Crepúsculo (Twilight) y adaptación de las novelas super ventas de Stephenie Meyer. La primera película, Crepúsculo, estaba dirigida por la directora de films indie-adolescentes Catherine Hardwicke, pero el realizador de Luna nueva es más de cine fantástico: Chris Weitz, director, entre otras, de La brújula dorada. Como todo el mundo sabe a estas alturas, esta saga cuenta la historia de amor entre Bella, una joven de 17 años, y Edward, un vampiro aparentemente joven y guapísimo, como todos los vampiros. Tanto los libros como las películas están dirigidos fundamentalmente al público adolescente, pero también hay fans, como yo, que hace tiempo que pasamos la adolescencia, y en lugar de entretenernos con lecturas y cine propio de nuestra edad, nos da por estos subproductos juveniles, qué le vamos a hacer. Luna nueva es una adaptación muy fiel de la segunda novela, y a mí me ha encantado. Mantiene la estética oscura y elegante de la primera parte, siempre teniendo en cuenta que es cine juvenil, e incluso crece su carácter de drama romántico. Al principio de la película, Edward abandona a Bella porque se da cuenta de que es peligroso para ella estar a su lado, y se va de Forks, el pueblo donde viven, con su familia de vampiros. Bella cae en una gran depresión y desolación, que está muy, muy bien reflejada, igual que en el libro. Logra salir de ese estado gracias a su amigo Jacob, un joven indio que también está enamorado de ella y que resulta que es un hombre lobo, al igual que los demás jóvenes de su comunidad (ahora se les llama licántropos, y son enemigos de los vampiros desde Underworld). Se crea así un complicado triángulo amoroso aderezado con el elemento fantástico y los efectos especiales. Los lobos gigantes en los que se transforman los indios están muy bien hechos, y tienen tanta importancia en esta película como los vampiros. Edward sólo aparece al principio y al final de la cinta, cediendo mucho protagonismo a Jacob. Lo que no me gusta mucho es la caracterización de los protagonistas masculinos. Edward está demasiado maquillado, en la novela lo describen como un ser divinamente atractivo, y aquí lo han querido poner tan guapo, que se han pasado. Y Jacob está demasiado musculoso; son más atractivos sus compañeros licántropos, que no están tan exagerados. En la peli hay bastante exhibición de torsos masculinos, lo cual a mí me parece muy bien; llevamos toda la vida viendo exhibición de cuerpos femeninos en el cine y todo el mundo lo encuentra de lo más normal, ya era hora de que fuera al revés. La verdad es que la que sale más guapa y más natural es Bella. Es la típica heroína lánguida de la que todos se enamoran, pero la actriz, Kristen Stewart, lo hace perfectamente. También es espectacular y muy fiel al libro la aparición de los Vulturis, los vampiros guardianes y jefes supremos del orden, que viven en Italia y son bastante cabrones, la verdad. Sobre todo me parecen impresionantes Michael Sheen y la joven y magnífica Dakota Channing. Pues eso, que me ha encantado ver en la pantalla a los personajes de esta saga, que es un folletín romántico juvenil, pero a mí me fascina, y estoy deseando ver Eclipse. Y a los que critican a estos vampiros por no ajustarse al mito vampírico tradicional, les digo que se pongan al día, que esto es lo que se lleva ahora.

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