domingo, 20 de diciembre de 2009

La profecía: El niño Anticristo

El sábado 12 de diciembre vi, por tercera vez en mi vida, La profecía (The omen), de Richard Donner, director de joyas setenteras y ochenteras como Superman, Lady Halcón o los Goonies, y también de la saga de Arma letal. Esta peli, de 1976, es una de las primeras en el género de niños diabólicos. La profecía es ya un clásico que perdura en la memoria de los espectadores (¿quién no recuerda la inquietante mirada del pequeño y diabólico Damien?), y que ha servido de inspiración a muchas producciones posteriores. A diferencia de otros niños malignos en el cine, que son simples demonios o pequeños psicópatas, en La profecía el problema es más grave, porque Damien es la encarnación del Anticristo, el mismísimo hijo de Satanás, que lleva grabado el 666, el número de la Bestia en el Antiguo Testamento, o algo así. La historia comienza un 6 de junio, supongo que de 1976, para que sea 6 del 6 del 6, en Roma, cuando la esposa del embajador de USA pierde a su hijo que acaba de nacer, y en el hospital católico en el que se encuentra, le proponen a su marido que se quede con otro bebé recién nacido sin padres, y sin que ella sepa nada, es decir, ella cree siempre que se trata de su propio hijo. Lo que ninguno de los dos conoce es la verdadera naturaleza del niño, que empezará a manifestarse cuando cumpla 6 años, en Londres, el nuevo lugar de residencia de la familia. Al parecer, su destino, cuando crezca, es instalar el reino del mal en el mundo (siempre me he preguntado cómo sería el mundo con ese reino del mal, estaría bien hacer una peli mostrando esto), y empieza a llevarse por delante, con el poder hipnótico de su mirada, y ayudado por unos cuantos servidores del Diablo, a todos los que puedan entorpecer su plan. La película conserva la misma fuerza que en su época, con su estética setentera y algunos momentos gore; no me parece demasiado terrorífica, pero sí que te deja una sensación inquietante, y tiene un par de escenas bastante escalofriantes. Los actores están fantásticos: los pobres padres de Damien (el embajador y su esposa) están interpretados por Gregory Peck y Lee Remick; también está una tal Billie Whitelaw, impresionante en el papel de la siniestra niñera, una auténtica hija de p…, acompañada siempre de un infernal rottweiler. Mención aparte merece el pequeño Damien, encarnado por Harvey Stephens, genial con sus miradas y sus rabietas de niño demonio. También es muy buena la música, un coro de voces luciferinas que suena en todos los momentos de peligro. La profecía cuenta con tres secuelas, La maldición de Damien, donde el pequeño Demonio tiene 13 años, El final de Damien, con un Anticristo adulto, interpretado por Sam Neill, y El renacer, que salió directamente en vídeo y donde el Mal está encarnado por la propia hija de Damien. También se hizo un remake que se estrenó en el cine el 6-6-2006, para darle más publicidad, y que es muy parecido al original, aunque el niño que interpreta a Damien no es tan inquietante, ni mucho menos.

1 comentario:

  1. La he visto tantas veces que me la sé casi de memoria, pero aun así, me sigue gustando volverla a ver. También me gusto el segundo remake que hicieron, aunque las secuelas de la película no las he visto, o eso creo, porque hay peli que he visto y al no decirme nada, las suelo olvidar.

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