miércoles, 23 de diciembre de 2009

El maravilloso mundo de los hermanos Grimm: Regreso a la infancia

Esta peli (que no tiene nada que ver con la, en mi opinión, aburrida El secreto de los hermanos Grimm, de Terry Gilliam) es una de esas pequeñas joyas que nadie recuerda. Hace unos 30 años que la vi en la tv, debió ser un sábado por la tarde, en el programa Primera sesión, donde echaban películas antiguas y de aventuras, qué tiempos aquéllos, y qué vieja soy. Ahora la he vuelto a ver y me ha vuelto a encantar. El maravilloso mundo de los hermanos Grimm (The wonderful world of the brothers Grimm) es un film de 1962, dirigido por George Pal, director y productor de películas clásicas de ciencia ficción como El tiempo en sus manos (La máquina del tiempo) y La guerra de los mundos, y Henry Levin, director, entre otras, de Viaje al centro de la Tierra. Es una especie de biopic de los hermanos Wilhem y Jacob Grimm, que se dedicaron a recopilar y escribir cuentos infantiles tradicionales en la Alemania del siglo XIX, aunque también publicaron obras más “serias” de gramática y lingüística alemana. Wilhem Grimm es interpretado por Laurence Harvey, uno de los protagonistas de El mensajero del miedo (la versión de 1962), y Jacob Grimm es Karl-Heinz Böhm, un guapo y rubio actor alemán que hizo de emperador Francisco José en las películas de Sissi. Los dos hermanos tienen caracteres opuestos (en la película, claro, en la realidad cualquiera sabe cómo serían). Wilhem, casado y con dos hijos, es alegre, inmaduro, y toda su obsesión es escribir los cuentos para que no se pierdan en el olvido; Jacob es muy serio y responsable, con problemas para comunicarse con su novia y su mayor afán es terminar a tiempo las obras que les encargan. La trama principal se mezcla con la narración de tres de los cuentos, añadiendo una parte de fantasía a la historia. La peli es una mezcla de melodrama, comedia familiar, aunque sin ser propiamente infantil, y musical, aunque no están todo el rato cantando. Tiene todo el encanto y la ingenuidad de las producciones hollywoodienses de los 50; de hecho, parece tener más elementos en común con el cine de esa década que con el de los 60. Recuerdo que de pequeña tenía un pequeño libro ilustrado que debía estar basado en la película, porque contaba exactamente la misma historia. Para verla una tarde de sábado y sentir añoranza de la época en que echaban Primera sesión.

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