lunes, 5 de diciembre de 2011
Eva: Drama cibernético
sábado, 24 de septiembre de 2011
Juego de tronos: Mundos medievales
lunes, 5 de septiembre de 2011
Cisne negro: La bailarina obsesionada
Bueno, pues si queréis disfrutar, sufrir y sumergiros en los desvaríos y excesos de la mente de una pobre chica torturada por la búsqueda de la belleza, os recomiendo que veáis Cisne negro, si no la habéis visto, que seguro que sí. A mí, personalmente, estas cosas no me van, pero reconozco que la peli es original, impactante y no deja indiferente a nadie.
domingo, 14 de agosto de 2011
El origen del planeta de los simios: La rebelión de los monos
El origen del planeta de los simios (Rise of the planet of the apes), segunda película dirigida por Rupert Wyatt (la primera, The escapist, no la conozco de nada), es una especie de precuela-remake de El planeta de los simios, la famosísima película de 1968 protagonizada por Charlton Heston y realizada por Franklin J. Schaffner. Este film, adaptación de una también famosa novela de Pierre Boulle, dio lugar, en los 70, a una saga con tres secuelas, dos series de tv (una de ellas de animación), y un remake, dirigido por Tim Burton, en 2001. La peli buena es la primera, según dicen todos; yo no he visto ninguna de las tres secuelas, cuyos originalísimos títulos son: Regreso al planeta de los simios, Huida del planeta de los simios y Batalla por el planeta de los simios (después de todo, ¿cómo se iban a llamar?), pero me imagino que serán de serie B, o Z. En cuanto al remake de Tim Burton, creo que coincido con casi todo el mundo en que es bastante horroroso y aburrido.
El origen… nos cuenta cómo se produjo el salto evolutivo de los primates y cómo comenzó su revolución contra los humanos. Estos acontecimientos les convertirán más adelante en la raza dominante y más inteligente, y a los hombres en una especie de esclavos embrutecidos, tal como se narra en El planeta de los simios. Pero la explicación de estos hechos difiere un poco de la que se da en la peli original y en sus secuelas, por eso pienso que es una precuela-remake.
Los actores de la película están bastante correctos. Will, el joven científico protagonista, es James Franco, actor que, además de ser guapísimo (lo siento, tenía que decirlo), en 127 horas demostró que es capaz de llevar él solo el peso de una película. Aquí, la verdad es que su personaje no le da para lucirse tanto. Charles Rodman, el padre de Will, es el siempre genial John Lithgow. También sale la guapa Freida Pinto (la prota de Slumdog millionaire), interpretando a Caroline, la novia de Will, un papel básicamente de novia florero. Pero el que está impresionante es Andy Serkis, que interpreta a Caesar, recreado digitalmente y con la técnica de captura de movimientos. Este actor ya prestó su rostro y sus expresiones para los personajes de Gollum en la saga de El señor de los anillos y de King Kong en la peli del mismo nombre de Peter Jackson, así que tiene experiencia en interpretar a seres raros y a monos. Es increíble cómo transmite emociones como ira, compasión, frustración, y poder. Bueno, pues El origen del planeta de los simios es una película que da lo que promete, entretenida, emocionante, con escenas de acción realmente espectaculares (sobre todo la parte de la rebelión definitiva de los monos), que nos presenta el inicio de un futuro apocalíptico y un mensaje de advertencia contra la humanidad, en el sentido de que “nosotros nos lo hemos buscado”, que no por repetido, es menos cierto.
P.D.: Me comenta Raül Calvo que no son tres las secuelas de la peli original, El planeta de los simios, sino cuatro. Entre Huida del planeta de los simios y Batalla por el planeta de los simios (también llamada La conquista del planeta de los simios) se rodó otra más, La rebelión de los simios, uf, qué lío. No pongo los títulos originales porque me voy a enrollar demasiado, pero, para entenderlo mejor, leed los comentarios de Raül. Gracias, Raül, por tu aclaración.
lunes, 25 de julio de 2011
Balada triste de trompeta: Los payasos salvajes / Agua para elefantes: Romance bajo la lona
Balada triste de trompeta y Agua para elefantes son dos visiones opuestas de un mismo tema: triángulos románticos, amores desgraciados que llevan a la locura, ambientados en el mundo del antiguamente mayor espectáculo del mundo. Yo os recomiendo las dos, y que cada uno juzgue por sí mismo; sobre gustos no hay nada escrito.
lunes, 4 de julio de 2011
Midnight in Paris: Sueños de un escritor
Gil, un joven guionista de Hollywood, que aspira a convertirse en escritor de novelas, se encuentra de viaje por París con su prometida Inez y los pijos padres de ella, John y Helen. El romántico e idealista Gil parece insatisfecho con la vida y el entorno que le rodean, y desearía haber conocido el París de los años 20, paraíso de intelectuales, artistas y escritores, y cuna de la cultura europea y americana. Una noche, paseando por el Barrio Latino, se ve transportado a la época de sus sueños, donde conocerá a personajes como Hemingway, Fitzgerald, Picasso y Dalí. Midnight in Paris es la 42ª película (aproximadamente) del genial Woody Allen, que, como ya sabemos, es uno de estos directores prolíficos que van casi a película por año. Vamos, que hace películas como rosquillas. Muchos opinan (y yo también) que esto lo puede hacer porque sus obras son muy parecidas entre sí, y en ellas se suelen repetir los mismos temas, patrones y obsesiones. Básicamente, yo diría que el cine de Woody Allen se puede agrupar en dos géneros: las comedias de humor más o menos amable, intelectual y con personajes neuróticos; y los dramas psicológicos y obsesivos, con temas recurrentes como las relaciones de pareja (y sus fracasos), el destino y la culpa. Las comedias yo las dividiría también en dos grupos: aquéllas en las que él dirige e interpreta a uno de los personajes (generalmente el protagonista, aunque no siempre, sobre todo últimamente que está mayor); y aquéllas en las que sólo está detrás de la cámara, en cuyo caso el papel del actor protagonista es un alter ego del propio Woody Allen. A mí me suelen gustar las comedias en las que actúa, con su estilo único e inconfundible; me parecen mucho más divertidas que las pelis en las que otro actor hace de él, por muy bueno y conocido que sea éste.
domingo, 12 de junio de 2011
X-Men Primera generación: El origen de los mutantes
martes, 17 de mayo de 2011
Nunca me abandones: Como ovejas al matadero
Los tres jóvenes crecen entre la desesperanza del futuro que les aguarda, la aceptación de la función que les ha tocado desempeñar en la sociedad, y los vaivenes de un triángulo amoroso difícil (como todos los triángulos amorosos) que pone a prueba su amistad a lo largo de los años. La nostalgia y la belleza envuelven todas las escenas, apoyadas por una música y una fotografía de un romanticismo clásico. Desde el típico internado inglés de su infancia hasta su juventud en un entorno de libertad vigilada y estética setentera, entre campiñas y ciudades costeras, vemos la evolución de los protagonistas, interpretados, en su edad joven y adulta, por Carey Mulligan, Andrew Garfield y Keira Knightley. Carey Mulligan está muy bien en su papel, muy alejado de la imagen de niña listilla que daba en An education, por la que fue nominada al oscar el año pasado. También está muy acertada la siempre delgadísima Keira Knightley (esta chica debería hacer una dieta a base de potajes), y muy creíble en un papel un pelín desquiciado. El que no me convence mucho es Andrew Garfield, que es un muchacho un poco desgarbado y con cara de buenazo, y no lo veo yo como objeto de enamoramiento de dos chicas tan monas, aunque claro, en las circunstancias de ellos y viviendo en una realidad alternativa, todo es distinto. Bueno, pues me ha gustado mucho Nunca me abandones. Es una historia romántica, intimista y desoladora, con ritmo parsimonioso y contemplativo. No hay lucha, acción o huidas espectaculares. No es La isla, de Michael Bay (que también me gusta, aunque es todo lo contrario). Sí hay crítica social y reflexión sobre la manipulación de las mentes y los peligros de un mundo futuro donde la ciencia choca con la ética. Es una película que ha tenido poca distribución en nuestro país y que merece la pena buscar. Muy bonita.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Sucker punch: Las chicas son guerreras
Un argumento muy surrealista y delirante, ¿verdad? Pues eso es básicamente lo que ha construido Zack Snyder en Sucker punch: un delirio. La cinta tiene un arranque totalmente hipnótico, algo así como un corto con argumento de novela de Charles Dickens, pero rodado en plan videoclip y con una potente versión de Sweet dreams de Eurythmics, interpretada por una cantante que no sé quién es (me vais a perdonar, pero yo de música actual ni idea, desgraciadamente). Todo esto va evolucionando en una historia que resulta difícil de describir sin verla: pobres chicas atrapadas en el psiquiátrico-burdel-cabaret, con doctoras voluptuosas, enfermeros malignos y cocineros abusadores. La heroína se evade de esta terrorífica ¿realidad?, viajando a otras realidades alternativas y también terroríficas, donde luchará junto a sus amigas, en plan videojuego, contra enemigos monstruosos, con sofisticadas armas y en espectaculares escenas de acción, a ritmo de canciones no menos espectaculares, entre cuyos intérpretes sólo reconocí a la emblemática Björk. Esta es la quinta película de Zack Snyder y la primera que no es una adaptación de un comic, una novela o un remake, sino que está basada en un guión propio, coescrito con Steve Shibuya. Esto ha permitido al director crear un mundo propio con total libertad e imaginación, un mundo con universos paralelos, distintos niveles como en un videojuego, y multitud de referencias, lecturas y sub-lecturas. Vamos, que ha mezclado todo lo que se le ha ocurrido, y el resultado es una cinta bizarra, hipnótica y fascinante. Todo un espectáculo visual, con una electrizante banda sonora, escenas adrenalíticas y un argumento bastante simple, pero que se presta a miles de interpretaciones enrevesadas. A mí me ha encantado la peli. Zack Snyder ya dio muestras de su originalidad y buen hacer en las impresionantes Amanecer de los muertos y Watchmen, y sigue estando a la altura, en mi modesta opinión. Baby Doll, Sweet Pea, Rocket, Blondie y Amber están interpretadas, respectivamente, por Emily Browning, Abbie Cornish, Jena Malone, Vanessa Hudgens y Jamie Chung. Yo sólo conocía a Abbie Cornish, que parece una doble de Nicole Kidman, por la película Candy, una cinta de 2006 sobre los peligros de la droga en una pareja, formada por ella y el desaparecido Heath Ledger. También me suena Vanessa Hudgens porque es la prota de la saga preadolescente High School Musical. Todas están muy acertadas, monísimas y haciendo justo lo que se espera de ellas. La Doctora Madam Vera Gorski es Carla Gugino, y Oscar Isaac es Blue Jones, el enfermero corrupto y malísimo que parece manejar todo el cotarro, y que después de hacer de príncipe Juan sin Tierra en Robin Hood de Ridley Scott, parece que se ha encasillado en los papeles de villano chulesco, y se le da muy bien, la verdad. También sale Scott Glenn en plan David Carradine. Pues yo os recomiendo Sucker punch, un viaje delirante a mundos muy raros, donde la realidad tiene varias caras, y donde cada uno puede extraer su propia interpretación. Para liberar las neuronas.
jueves, 14 de abril de 2011
MEME! Escenas para recordar
MEJOR ESCENA DE PELEA: Espartaco: El combate a muerte entre Espartaco y Antonino, no por el combate en sí, sino por lo que representa. Cada uno quiere matar al otro por amistad, para que no sea crucificado. “-¿Sabes lo que se tarda en morir en la cruz? -¡No me importa!”; “¡No dejaré que te crucifiquen!”. Sublime.
P.S.: A petición de mi madre, que es cinéfila como yo, voy a comentar otra escena más como MEJOR FINAL (si no habéis visto la peli, cuidadín, que esto es un SPOILER como una casa): Las amistades peligrosas: La Marquesa de Merteuil ha sido humillada en público. Sus amigos de la nobleza se han enterado de todas sus maldades y la han abucheado en la ópera. Ahora se verá relegada y excluida de los círculos sociales que acostumbraba a frecuentar. Es el peor castigo que puede sufrir una persona como ella, que vive de la imagen y las apariencias. Sentada frente al espejo, se quita el maquillaje con gesto de rabia e impotencia, y una lágrima resbala por su mejilla. Nada de música ni palabras en esta demoledora escena final. Sublime actuación de Glenn Close.
martes, 5 de abril de 2011
Valor de ley(1969) / Valor de ley (2010): Western de aventuras / Western crepuscular
Me han gustado mucho las dos cintas (y eso que no soy nada fan del western), pero creo que me inclino algo más por la versión moderna, tal vez por estas características que he nombrado, que la hacen reconocible y a la vez diferente. ¿Y a vosotros qué versión os gusta más?
domingo, 6 de marzo de 2011
Las seis esposas de Enrique VIII: Amor, poder, y terror en la corte
Todo este culebrón se cuenta, y muy bien contado, en Las seis esposas de Enrique VIII (The six wives of Henry VIII), miniserie producida por la BBC en 1970. La serie tiene 6 episodios, correspondientes a cada uno de los matrimonios. En la producción se nota la calidad y el rigor histórico con que se narran los acontecimientos: se nota que se han documentado bien. La recreación de la época, los escenarios, la caracterización de los personajes, son muy acertados. Algunos personajes, como Jane Seymour, Cromwell, y sobre todo el arzobispo Thomas Cranmer, son clavados a los que aparecen en los cuadros de la época. Vamos, que viéndola te transportas al siglo XVI, excepto quizás por la forma de decir los diálogos, que me parece demasiado solemne, muy de teatro clásico. Especialmente emocionantes y dramáticos son los capítulos de Jane Seymour, Catalina Howard y Ana Bolena; estos dos últimos tienen, además, unas escenas de torturas a prisioneros bastante espeluznantes. Los actores no son conocidos, yo por lo menos no los conozco de nada, pero desde luego están todos fantásticos; destaco a Keith Mitchell como el omnipresente Enrique VIII, impresionante sobre todo en los últimos capítulos, con ese maquillaje de rey viejo y enfermo, y ese aire entre amenazador y grotesco. No voy a comparar esta serie con otras adaptaciones que se han hecho sobre el tema porque todas las que he visto me han gustado (sí, también me gusta Los Tudor, aunque hayan puesto al modelo de pasarela de Jonathan Rhys Meyers para hacer de Enrique VIII). Total, que merece la pena rescatar esta serie, todo un clásico, para contemplar una historia real llena de intrigas palaciegas y de alcoba, chanchullos políticos y persecuciones religiosas, donde había que moverse con inteligencia para no acabar en la hoguera, en el potro o sin cabeza, y donde los destinos de los personajes estaban gobernados por un rey caprichoso, una especie de Barba Azul al que sus súbditos y sus mujeres, sin embargo, mostraban gran devoción, incluso cuando estaba a punto de matarlos, y es que en aquella época, el Rey estaba justo por debajo de Dios, y la religión se usaba para dominar a la gente. Tremendo.
lunes, 14 de febrero de 2011
The walking dead: Reflexionando entre zombies
Hacía mucho que no hacía ninguna crítica de una serie de tv, así que ya iba siendo hora, que la tele también me encanta. Me he decidido por The walking dead, una serie de la cual hemos visto recientemente su primera temporada, compuesta por 6 episodios, y pronto veremos la segunda (espero), compuesta por 13. El argumento nos muestra a la humanidad devastada por un apocalipsis zombie, un tema que está muy de moda y que en los últimos años hemos visto en múltiples variantes. Gran parte de la humanidad se ha visto afectada por una extraña y peligrosísima enfermedad que convierte a las personas en seres feroces e incontrolables deseando comerse a los humanos que todavía están sanos. No se sabe de dónde proviene el virus, pero es terriblemente contagioso. Si un infectado muerde a una persona, y no logra comérselo, le transmite una fiebre que le mata, pero poco después resucita convertido en otro infectado/zombie. Y entonces lo único que se puede hacer es acabar con los zombies disparándoles o golpeándoles en la cabeza. Lo de siempre, vamos. La premisa argumental no es nada nuevo. Tampoco lo es la presentación del personaje principal, Rick Grimes, un ayudante del sheriff de un pueblo de Georgia que ha estado en el hospital, en coma, debido a un tiroteo, desde antes de empezar la plaga, y cuando se despierta, se encuentra con todo este caos sin saber lo que ocurre. Este comienzo está directamente inspirado en 28 días después, obra maestra, en mi opinión, de Danny Boyle, que inauguró, en 2002, la nueva era del cine de muertos vivientes (aunque en esa peli creo recordar que no estaban muertos, sino infectados por una terrible enfermedad). Bueno, eso son detallitos sin importancia. El caso es que la originalidad, dentro de lo que cabe, de esta serie, se encuentra en el tratamiento y psicología de los personajes. En los distintos episodios vemos cómo los protagonistas intentan organizarse para sobrevivir en este mundo devastado y apocalíptico. La evolución y relaciones entre los personajes tienen tanta importancia como las escenas de acción y gore, que también las hay.
Cuando Rick despierta del coma y se entera por fin de lo que ha pasado, decide ir a buscar a su mujer y su hijo, que han huído hacia otro lugar. A través de mensajes de radio, contacta con otros grupos de supervivientes y encuentra por fin a su familia. Y aquí nos encontramos con un triángulo amoroso, porque su mujer, Lori, mientras él estaba en coma, y creyendo que había muerto, se había liado con Shane Walsh, otro policía amigo suyo (de Rick), aunque Rick, habiendo terminado la primera temporada de la serie, todavía no se ha enterado. Este elemento de culebrón contribuye a reforzar la trama psicológica de los personajes y es un alivio entre las escenas de lucha y casquería (un alivio, o una molestia, para muchos espectadores; a mí personalmente me parece muy bien). Cada capítulo de la serie tiene un director distinto; el episodio piloto, considerado por muchos el mejor, aunque a mí me parecen todos igual de buenos, lo dirige Frank Darabont, realizador conocido por todos, sobre todo por adaptar, con gran maestría, novelas y relatos de Stephen King (Cadena perpetua, La milla verde, La niebla...). Los actores son medio populares. Yo al que más conozco es a Andrew Lincoln, que interpreta a Rick, porque era también protagonista de Las voces de los muertos, fantástica serie británica sobre una médium atormentada, y que en España pasó un poco desapercibida, por desgracia. Los otros dos vértices del triángulo amoroso, Lori y Shane, son Sarah Wayne Callies y Jon Bernthal, actores que no conozco de nada. También tenemos a varios intérpretes que aparecían en La niebla, peliculón de Frank Darabont: Laurie Holden, Jeffrey DeMunn y Melissa Suzanne McBride. Esta serie ha tenido bastante éxito en USA y aquí en España, aunque siempre hay voces discordantes; por una vez, yo no formo parte de ellas y estoy con la mayoría (con la mayoría del público que le gustan estas cosas de zombies, claro). Me ha encantado The walking dead, creo que tiene un guión emocionante e inteligente y una trama que combina acción, terror apocalíptico y drama psicológico, y estoy deseando ver la segunda temporada.
martes, 1 de febrero de 2011
Revolutionary Road: Que levante la mano quien sea feliz
Revolutionary Road es una película de 2008 dirigida por Sam Mendes, director británico, tanto de cine como de teatro, y que en su ópera prima para la gran pantalla, la aclamada American Beauty, estrenada en 1999, ya proponía un golpe al sueño americano a través de las desventuras de una familia de clase media, en especial del incomprendido padre y marido, interpretado por el maravilloso Kevin Spacey. Basada en una novela de Richard Yates, Revolutionary Road es el reverso oscuro de Mi desconfiada esposa, la anterior película que comenté en este blog. Ambas representan la cara y la cruz de los problemas de pareja en el cine: una es una comedia amable, donde triunfa el amor, y la otra es un tremendo drama psicológico sin concesiones, donde hay amor, pero también grandes diferencias insalvables entre los dos miembros del matrimonio. Los protagonistas son Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, que están los dos absolutamente fantásticos, 11 años después de interpretar el super-romance de Titanic. Leo DiCaprio está impresionante en el papel de Frank, marido enamorado, pero también ambicioso, insatisfecho e incapaz de entender a su mujer. Kate Winslet (por cierto, mujer, o ex-mujer, del director de la peli), está, como siempre, magnífica, en la piel de April, esposa, madre, con inquietudes, frustrada, depresiva y profundamente infeliz. Ganó un globo de oro por este papel. También sale Kathy Bates (que también aparecía en Titanic), en el papel de Helen Givings, agente inmobiliaria, una mujer aparentemente independiente y que lleva las riendas de su vida y de su matrimonio, pero con sus propias desdichas y limitaciones. Uno de los papeles más impactantes es el de John Givings, el hijo de Helen, interpretado magistralmente por Michael Shannon; personaje mentalmente inestable, recién salido del psiquiátrico, pero con la lucidez y la sinceridad que sólo los locos tienen a veces. Revolutionary Road es una película dura, desencantada y tremendamente sincera, que te hace reflexionar (y deprimirte bastante), que te pone delante la realidad sin tapujos y que te puede dejar muy mal rollito y un amargo sabor, pero también es una cinta de gran calidad, muy recomendable de ver, y con un par de escenas que te ponen los pelos de punta. ¿Qué habría pasado si el Jack de Titanic hubiese sobrevivido y se hubiera casado con su amada Rose y hubiesen pasado años juntos? La respuesta, salvando las distancias de las distintas épocas, claro, tal vez sea Revolutionary Road.