miércoles, 30 de diciembre de 2009

Terror en el espacio: Rareza espacial

El 24 de diciembre, después de la cena de Nochebuena, vi Terror en el espacio (Terrore nello spazio, también llamada Planet of the vampires), una peli de estas raras. Rara porque es una producción italiana, de 1965, aunque coproducida con USA, y dirigida por un tal Mario Bava, así que no la conoce ni su padre, bueno, sólo la conocen los cinéfilos super mega guays como yo. En realidad yo me enteré que la peli existía por varios libros de cine, y mirando en internet vi que Mario Bava es un director que debió contribuir bastante en su filmografía al género del giallo, compuesto por películas italianas de los 60 y 70 de terror de serie b. Yo esto no lo sabía antes de mirarlo, tampoco me voy a tirar el pegote, pero sí que es un director conocido en los circuitos cinéfilos. Sus pelis deben ser bastante violentas, con títulos como: Un hacha para la luna de miel, Bahía de sangre o Seis mujeres para el asesino, pero Terror en el espacio es la excepción; es una encantadora mezcla de argumento ingenuo, pero imaginativo, efectos especiales super cutres y decorados de cartón piedra. Los protagonistas son astronautas de un planeta del que nunca se dice el nombre, que no es la Tierra, pero con forma totalmente humana, claro, para que pudieran hacer la película con actores de carne y hueso, si no sería una peli de animación. El caso es que son enviados en su “astronave”, como la llaman, a un planeta desconocido al que denominan Aura, porque han recibido unas señales de radio pidiendo ayuda. Cuando llegan allí, sólo encuentran otra astronave vacía y empiezan a ser poseídos por espíritus extraños… El argumento es infantil pero bastante novedoso para la época. Hay gente a la que le recuerda a Alien, como si fuera un precedente de esta peli, pero a mí me recuerda más a Fantasmas de Marte, de John Carpenter. Al principio me parecía un poco aburrida y falta de ritmo, pero después se va poniendo más interesante. Las escenas de acción no son nada espectaculares, más bien son “caseras”, y las actuaciones son bastante flojillas, por no decir risibles. Me recordaba a cuando éramos pequeños y jugábamos al espacio con los amiguitos y nos lo inventábamos todo sobre la marcha, era divertidísimo. La mejor me pareció la protagonista femenina principal (hay dos mujeres en el grupo, con look muy típico de los años 60), que debe ser una tal Norma Bengell. El actor principal se llama Barry Sullivan, un nombre que me suena bastante, aunque no lo acabo de ubicar. Llaman la atención los decorados, tan artesanales como fantasiosos. Total, que no es ninguna obra maestra, pero es otra joyita a rescatar, una delicia kitsch.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Bienvenidos a Zombieland: Comedia apocalíptica

El 25 de diciembre, día de Navidad, vi en el cine Bienvenidos a Zombieland (Zombieland), de Ruben Fleischer, una película sobre los seres terroríficos más de moda últimamente (con permiso de los vampiros): los zombies. El género que comenzó con La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, ha resucitado (nunca mejor dicho) al comenzar este nuevo siglo, realizándose infinidad de obras sobre el mismo. Esta vez, al igual que ocurría en Zombies party, de 2004, el tema se trata en clave de comedia, una comedia muy gamberra y delirante. El principio es el de siempre: el mundo está devastado por una plaga en la que casi todos se han convertido en muertos vivientes devoradores de humanos vivos. El prota principal es Columbus (los protagonistas se denominan a sí mismos con nombres de ciudades), un chico tímido y neurótico, el típico antihéroe asustadizo, interpretado por Jesse Eisenberg, un joven actor que borda este tipo de papeles. En su huida por todo el país, Columbus se encuentra a Tallahasse (Woody Harrelson), un macarra entrañable, y después conocen a Wichita (Emma Stone, que la verdad es que no sé quién es), y Little Rock (Abigail Breslin, la niña de Pequeña Miss Sunshine, ya un poco más mayorcita), dos hermanas a las que se unen en el recorrido por las carreteras desoladas, buscando un lugar sin zombies. La peli está llena de acción y humor, con algunos momentos sentimentales. Las escenas de acción, con las carreras y los disparos a los zombies, son brutales y divertidas. El humor, como es lógico, es salvaje y negrísimo, aunque a veces se suaviza algo. Woody Harrelson está simplemente genial, este hombre se ha encasillado últimamente en papeles de lunático cómico, pero lo hace de puta madre. También hay que destacar la surrealista aparición de Bill Murray interpretándose a sí mismo. Total, una peli para desconectar y reírse un rato, el que le guste este tipo de humor, claro. Aunque tiene unos cuantos momentos gore, tampoco creo que el humor fuera demasiado bestia, si no a mí no me habría gustado.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El maravilloso mundo de los hermanos Grimm: Regreso a la infancia

Esta peli (que no tiene nada que ver con la, en mi opinión, aburrida El secreto de los hermanos Grimm, de Terry Gilliam) es una de esas pequeñas joyas que nadie recuerda. Hace unos 30 años que la vi en la tv, debió ser un sábado por la tarde, en el programa Primera sesión, donde echaban películas antiguas y de aventuras, qué tiempos aquéllos, y qué vieja soy. Ahora la he vuelto a ver y me ha vuelto a encantar. El maravilloso mundo de los hermanos Grimm (The wonderful world of the brothers Grimm) es un film de 1962, dirigido por George Pal, director y productor de películas clásicas de ciencia ficción como El tiempo en sus manos (La máquina del tiempo) y La guerra de los mundos, y Henry Levin, director, entre otras, de Viaje al centro de la Tierra. Es una especie de biopic de los hermanos Wilhem y Jacob Grimm, que se dedicaron a recopilar y escribir cuentos infantiles tradicionales en la Alemania del siglo XIX, aunque también publicaron obras más “serias” de gramática y lingüística alemana. Wilhem Grimm es interpretado por Laurence Harvey, uno de los protagonistas de El mensajero del miedo (la versión de 1962), y Jacob Grimm es Karl-Heinz Böhm, un guapo y rubio actor alemán que hizo de emperador Francisco José en las películas de Sissi. Los dos hermanos tienen caracteres opuestos (en la película, claro, en la realidad cualquiera sabe cómo serían). Wilhem, casado y con dos hijos, es alegre, inmaduro, y toda su obsesión es escribir los cuentos para que no se pierdan en el olvido; Jacob es muy serio y responsable, con problemas para comunicarse con su novia y su mayor afán es terminar a tiempo las obras que les encargan. La trama principal se mezcla con la narración de tres de los cuentos, añadiendo una parte de fantasía a la historia. La peli es una mezcla de melodrama, comedia familiar, aunque sin ser propiamente infantil, y musical, aunque no están todo el rato cantando. Tiene todo el encanto y la ingenuidad de las producciones hollywoodienses de los 50; de hecho, parece tener más elementos en común con el cine de esa década que con el de los 60. Recuerdo que de pequeña tenía un pequeño libro ilustrado que debía estar basado en la película, porque contaba exactamente la misma historia. Para verla una tarde de sábado y sentir añoranza de la época en que echaban Primera sesión.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Tygra, hielo y fuego: Fantasía animada ochentera

El sábado 19 de diciembre vi Tygra, hielo y fuego (Fire and ice), de Ralph Bakshi, director de películas de animación no infantiles y poco corrientes, como Fritz, el gato caliente (una peli transgresora y medio erótica), una versión de El señor de los anillos, y la injustamente olvidada Cool World, una película que combina dibujos animados y acción real y que es una de esas que no le gustan a nadie y a mí me parecen obras maestras. Tygra, hielo y fuego es una cinta de animación de 1983, que pertenece al género que en mi época se llamaba de “espada y brujería”, es decir, como las pelis de Conan el bárbaro. Aquí tenemos un mundo ancestral y legendario, amenazado por la lucha entre los Pueblos del Hielo y del Fuego. Los buenos son los del Pueblo del Fuego, y los malos malísimos los del Pueblo del Hielo (podía haber sido al revés, pero ha sido así), cuyos reyes, Juliana y su hijo Nekron, están extendiendo el frío, representado por un enorme glaciar, por toda la Tierra. La malísima Juliana decide raptar a Tygra, la hermosa hija de Jarold, el rey del Pueblo del Fuego, para que Nekron la tome como esposa. Para ello envía a sus lacayos, los subhumanos, una especie de trogloditas repulsivos. El argumento de la peli es muy simple, pero visualmente es una maravilla; los efectos especiales son sorprendentes para la época, y la caracterización de los personajes es muy realista, se nota que rodaron las escenas primero con actores de carne y hueso. El personaje de Tygra es muy sensual, es una auténtica tía maciza en dibujo animado. La película no se puede decir que sea para niños, pero tampoco es de temática adulta. Se queda a medio camino entre la exuberancia y casi erotismo de los dibujos y la ingenuidad del argumento. En varias ocasiones parece que vas a ver una especie de manga porno, pero al final todo resulta la mar de inocente, parece como si hubieran censurado las escenas de sexo para la versión de todos los públicos (no creo, pero da esa impresión). Todos los personajes están muy bien caracterizados, tanto los malos como los buenos, incluyendo al héroe masculino, el guapo y rubio guerrero Jarn, y al misterioso guerrero enmascarado que le ayuda, Darkwolf. El autor de los dibujos es Frank Frazzetta, un importante pintor e ilustrador. Tiene varias escenas de magia y muchas de acción; en lo que falla la cinta es en el ritmo, hay partes monótonas y repetitivas, porque el argumento tampoco da para mucho metraje, aunque la peli es corta. De todas formas, creo que es una obra bastante interesante y una pequeña joya de los 80 que merece la pena rescatar.

La profecía: El niño Anticristo

El sábado 12 de diciembre vi, por tercera vez en mi vida, La profecía (The omen), de Richard Donner, director de joyas setenteras y ochenteras como Superman, Lady Halcón o los Goonies, y también de la saga de Arma letal. Esta peli, de 1976, es una de las primeras en el género de niños diabólicos. La profecía es ya un clásico que perdura en la memoria de los espectadores (¿quién no recuerda la inquietante mirada del pequeño y diabólico Damien?), y que ha servido de inspiración a muchas producciones posteriores. A diferencia de otros niños malignos en el cine, que son simples demonios o pequeños psicópatas, en La profecía el problema es más grave, porque Damien es la encarnación del Anticristo, el mismísimo hijo de Satanás, que lleva grabado el 666, el número de la Bestia en el Antiguo Testamento, o algo así. La historia comienza un 6 de junio, supongo que de 1976, para que sea 6 del 6 del 6, en Roma, cuando la esposa del embajador de USA pierde a su hijo que acaba de nacer, y en el hospital católico en el que se encuentra, le proponen a su marido que se quede con otro bebé recién nacido sin padres, y sin que ella sepa nada, es decir, ella cree siempre que se trata de su propio hijo. Lo que ninguno de los dos conoce es la verdadera naturaleza del niño, que empezará a manifestarse cuando cumpla 6 años, en Londres, el nuevo lugar de residencia de la familia. Al parecer, su destino, cuando crezca, es instalar el reino del mal en el mundo (siempre me he preguntado cómo sería el mundo con ese reino del mal, estaría bien hacer una peli mostrando esto), y empieza a llevarse por delante, con el poder hipnótico de su mirada, y ayudado por unos cuantos servidores del Diablo, a todos los que puedan entorpecer su plan. La película conserva la misma fuerza que en su época, con su estética setentera y algunos momentos gore; no me parece demasiado terrorífica, pero sí que te deja una sensación inquietante, y tiene un par de escenas bastante escalofriantes. Los actores están fantásticos: los pobres padres de Damien (el embajador y su esposa) están interpretados por Gregory Peck y Lee Remick; también está una tal Billie Whitelaw, impresionante en el papel de la siniestra niñera, una auténtica hija de p…, acompañada siempre de un infernal rottweiler. Mención aparte merece el pequeño Damien, encarnado por Harvey Stephens, genial con sus miradas y sus rabietas de niño demonio. También es muy buena la música, un coro de voces luciferinas que suena en todos los momentos de peligro. La profecía cuenta con tres secuelas, La maldición de Damien, donde el pequeño Demonio tiene 13 años, El final de Damien, con un Anticristo adulto, interpretado por Sam Neill, y El renacer, que salió directamente en vídeo y donde el Mal está encarnado por la propia hija de Damien. También se hizo un remake que se estrenó en el cine el 6-6-2006, para darle más publicidad, y que es muy parecido al original, aunque el niño que interpreta a Damien no es tan inquietante, ni mucho menos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Paranormal activity: Noches de miedo

El domingo 29 de noviembre vi en el cine Paranormal activity, de Oren Peli, una película de la que se ha hablado mucho últimamente, tanto para bien como para mal. Unos opinan que ha supuesto una innovación y una especie de revolución en el género del terror, y otros dicen que no es más que una tomadura de pelo, al igual que ocurrió en 1999 con El proyecto de la bruja de Blair, aunque ésta fue un boom más evidente. Y como ésta, Paranormal activity pertenece al género del falso documental, lo que yo llamo “terror casero”, en el que la acción se recoge a través de las imágenes grabadas por una cámara que llevan los protagonistas. Aquí el terror es casero y minimalista, porque sólo hay cuatro actores en toda la película, la acción se desarrolla enteramente dentro de una casa, y no hay efectos especiales. El argumento también es muy sencillo: los protagonistas son una joven pareja que llevan tres años viviendo juntos, y de pronto empiezan a experimentar extraños fenómenos paranormales en su casa por la noche. Yo estoy en el bando de los que les ha gustado la peli, me ha parecido bastante acojonante. No es un terror visual ni efectista, en realidad no se ve nada del otro mundo, pero hay un miedo psicológico que se te queda dentro y después te hace pensar durante unos días, y hay un par de escenas escalofriantes. Muchos espectadores han salido decepcionados y la película no les ha impresionado lo más mínimo, pero yo es que soy de los tontos que a veces todavía les da miedo que un espíritu les asuste por la noche, qué infantil, ¿no?

domingo, 6 de diciembre de 2009

Luna nueva: Romance vampírico adolescente II

El sábado 28 de noviembre vi en el cine, por fin, Luna nueva (New moon), la segunda parte de la saga Crepúsculo (Twilight) y adaptación de las novelas super ventas de Stephenie Meyer. La primera película, Crepúsculo, estaba dirigida por la directora de films indie-adolescentes Catherine Hardwicke, pero el realizador de Luna nueva es más de cine fantástico: Chris Weitz, director, entre otras, de La brújula dorada. Como todo el mundo sabe a estas alturas, esta saga cuenta la historia de amor entre Bella, una joven de 17 años, y Edward, un vampiro aparentemente joven y guapísimo, como todos los vampiros. Tanto los libros como las películas están dirigidos fundamentalmente al público adolescente, pero también hay fans, como yo, que hace tiempo que pasamos la adolescencia, y en lugar de entretenernos con lecturas y cine propio de nuestra edad, nos da por estos subproductos juveniles, qué le vamos a hacer. Luna nueva es una adaptación muy fiel de la segunda novela, y a mí me ha encantado. Mantiene la estética oscura y elegante de la primera parte, siempre teniendo en cuenta que es cine juvenil, e incluso crece su carácter de drama romántico. Al principio de la película, Edward abandona a Bella porque se da cuenta de que es peligroso para ella estar a su lado, y se va de Forks, el pueblo donde viven, con su familia de vampiros. Bella cae en una gran depresión y desolación, que está muy, muy bien reflejada, igual que en el libro. Logra salir de ese estado gracias a su amigo Jacob, un joven indio que también está enamorado de ella y que resulta que es un hombre lobo, al igual que los demás jóvenes de su comunidad (ahora se les llama licántropos, y son enemigos de los vampiros desde Underworld). Se crea así un complicado triángulo amoroso aderezado con el elemento fantástico y los efectos especiales. Los lobos gigantes en los que se transforman los indios están muy bien hechos, y tienen tanta importancia en esta película como los vampiros. Edward sólo aparece al principio y al final de la cinta, cediendo mucho protagonismo a Jacob. Lo que no me gusta mucho es la caracterización de los protagonistas masculinos. Edward está demasiado maquillado, en la novela lo describen como un ser divinamente atractivo, y aquí lo han querido poner tan guapo, que se han pasado. Y Jacob está demasiado musculoso; son más atractivos sus compañeros licántropos, que no están tan exagerados. En la peli hay bastante exhibición de torsos masculinos, lo cual a mí me parece muy bien; llevamos toda la vida viendo exhibición de cuerpos femeninos en el cine y todo el mundo lo encuentra de lo más normal, ya era hora de que fuera al revés. La verdad es que la que sale más guapa y más natural es Bella. Es la típica heroína lánguida de la que todos se enamoran, pero la actriz, Kristen Stewart, lo hace perfectamente. También es espectacular y muy fiel al libro la aparición de los Vulturis, los vampiros guardianes y jefes supremos del orden, que viven en Italia y son bastante cabrones, la verdad. Sobre todo me parecen impresionantes Michael Sheen y la joven y magnífica Dakota Channing. Pues eso, que me ha encantado ver en la pantalla a los personajes de esta saga, que es un folletín romántico juvenil, pero a mí me fascina, y estoy deseando ver Eclipse. Y a los que critican a estos vampiros por no ajustarse al mito vampírico tradicional, les digo que se pongan al día, que esto es lo que se lleva ahora.