domingo, 30 de agosto de 2009

Mentes criminales: Viajando a lo más oscuro de la mente humana

Esta es otra serie de mis series preferidas, pero no ha tenido mucho éxito (normal, si me gusta a mí). Al principio Tele 5 la trató fatal, con cambios continuos de día y hora, con lo cual a los pocos fans que tiene en España se nos hacía muy difícil seguirla; por eso no he podido verla todo lo exhaustivamente que hubiese querido. Ahora parece que se ha hecho un hueco más estable y todos los jueves por la noche hay sesión continua de Mentes criminales, con capítulos nuevos y antiguos. La serie trata sobre el trabajo de una unidad especializada del FBI, llamada Quantico, que existe realmente (pero la serie y los personajes son de ficción), y resuelve los casos de una forma psicológica, estudiando la mente de los delincuentes. Les llaman cuando son casos extremos de psicópatas muy peligrosos, vamos, los asesinos más degenerados que te puedas imaginar. Estos agentes estudian la forma de cometer los asesinatos, descubren los traumas de los criminales (que están todos como putas cabras, con perdón), y resuelven siempre los casos. Los casos son muy oscuros y sórdidos, como os podréis imaginar, aunque no llega al gore porque esto es tv, no cine. A mí estas series de policías tipo CSI o Sin rastro no me suelen gustar, pero esta me parece diferente. Y yo creo que es por los personajes, los agentes, que son muy humanos y entrañables y cada uno con sus traumas (normal, con los casos que tienen que resolver…) El más entrañable es Gideon, que es el jefe en las dos primeras temporadas, pero al final de la segunda temporada le entra una depresión (no me extraña) y se va por ahí con el coche a recorrer las carreteras de América y ya no vuelve. Lo interpreta Mandy Patinkin, que está fantástico. Después le sustituye Joe Mantegna, que no tiene tanto carisma y con él la serie pierde un poco, en mi opinión. También está Hotchner, que es muy serio y muy eficaz, siempre tiene cara de agobiado, y está casado y con un niño, pero al final la mujer no aguanta la presión y se separa. El que más me gusta es Spencer Reid, un joven cerebrito que tiene mogollón de carreras universitarias y lo resuelve todo, pero es tímido y le cuesta trabajo relacionarse (topicazo, pero a mí me encanta). El personaje más cómico no es un hombre, como siempre, lo cual es un detalle original, sino una mujer, Penélope García, una hacker informática, gordita y friki, que casi siempre está en el sótano con los ordenadores y te lo encuentra todo en un instante. También está Morgan, que es muy majo y siempre está coqueteando con García, pero en broma. Y luego hay dos mujeres, que son las más normales y caen un poco más en los tópicos: JJ, la rubia guapa e inteligente, y Elle, la morena guapa e inteligente, que un día se le va un poco la olla (con razón) y mata a un violador cabrón, y la absuelven pero se va. Es sustituida por Emily Prentiss, otra morena guapa, que al principio la colocan los de asuntos internos para espiar a los demás, pero enseguida pasa de eso y se integra bien en el grupo. Otra cosa que me parece muy original en la serie es que todos los capítulos empiezan y terminan con una cita de algún personaje histórico, supongo que habrá gente que le parecerá una pedantería, pero a mí me gusta. No sé si a alguien le habrán entrado ganas de ver la serie leyendo este comentario, supongo que no, pero yo creo que merece la pena. Eso sí, la gente sensible que se abstenga, que los casos suelen ser espeluznantes.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Nikita: Una serie fascinante

Es una serie fascinante para mí, aunque la gente no suele coincidir conmigo, por algo soy anti-crítica. En mi extraña opinión es lo mejor que se ha hecho en la historia de la tv, pero, por desgracia, en nuestro país no tuvo mucho éxito, así que, tras muchos cambios de día y hora cuando empezó a emitirse, allá por el 99, se vio condenada a lo largo de los años a aparecer y desaparecer de la programación y a emitirse de vez en cuando de madrugada como si fuera un anuncio de teletienda. Vamos, que se puede considerar en la categoría de series de culto o de las series que a la mayoría de la gente le importan un pimiento, según se mire. Después salieron algunas malas imitaciones, como Alias, que a todo el mundo le gusta, y a mí no, claro.

Nikita (La femme Nikita, en su título original), está basada en la película Nikita de Luc Besson (película que no me gustó mucho cuando la vi, qué rara soy), y su protagonista es una chica que es obligada a trabajar como agente en una organización gubernamental clandestina y super secreta, llamada Sección 1, que lucha contra el terrorismo internacional. Todos los que trabajan allí son delincuentes, menos Nikita, que ha sido acusada injustamente (en la peli sí era culpable), y se ha hecho creer al mundo exterior que están muertos. No se pueden escapar, y si no dan la talla, los mandan a misiones suicidas o se los cargan directamente. El objetivo de la Sección 1 es muy bueno, luchar contra el terrorismo, pero en sus métodos no tienen mucha ética. Vamos, que si para capturar a un peligroso terrorista tienen que matar a unos cuantos inocentes, se hace sin ningún problema, y luego, cuando capturan al terrorista, si les sirve para algo importante, lo ponen a trabajar con ellos o lo dejan libre, da igual. Los jefes sobre todo son unos auténticos cabrones. Nikita es la más eficaz de allí, claro, pero tiene muy buen corazón y no quiere matar a la gente innecesariamente, así que los jefes la tienen enfilada por no querer acatar siempre sus órdenes y se la intentan cargar un montón de veces, pero no pueden con ella. También hay una historia de amor entre Nikita y Michael, uno de los agentes más importantes de la Sección, que al principio parece muy duro y frío, porque está amargado por todo lo que le obligan a hacer ahí, pero poco a poco va mostrando sus sentimientos y entablan una relación a escondidas, porque los jefes no quieren, ya que eso podría perjudicar a su rendimiento (qué tocapelotas). Todo esto que he contado suena a topicazo para adolescentes, y supongo que lo es, pero la serie tiene elementos que yo creo que la hacen original e interesante. El ambiente es muy frío y oscuro, las tramas son bastante duras, llegando a la crueldad, pero siempre con un tono muy sutil y elegante. Hay pocas concesiones al optimismo y la esperanza, y la violencia se trata siempre de una forma muy estética, nada de gore. Todas las escenas de acción tienen su propia música (sí, son videoclips enteramente, cosa que todo el mundo critica y a mí me encanta), y son canciones muy buenas que yo, por lo menos, nunca he oído (excepto una de Enigma que pusieron una vez). La actriz protagonista, Peta Wilson, es guapísima, yo nunca he visto una mujer tan guapa en la tv. Michael no me parece tan guapo, pero también es atractivo el chaval.

Bueno, ya he demostrado mi devoción adolescente (aunque tengo 39 tacos) por la serie Nikita. Espero que, si alguien me lee, ya que no coincidirá conmigo, por lo menos no se aburra mucho.

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Enemigos públicos: Drama "gangsteril" de Michael Mann

El domingo 23 de agosto vi en el cine Enemigos públicos (Public enemies), de Michael Mann, mezcla de acción, thriller, histórica (la época de la Gran Depresión Americana es historia, que ya hace más de 70 años), y drama, no exactamente gangsteril, sino de ladrones de bancos. El protagonista es John Dillinger, que por lo visto era uno de los delincuentes más perseguidos de la época; aunque, claro, en realidad era un Robin Hood que no robaba mucho dinero, sólo se lo quitaba a los bancos, no a los clientes (y digo yo: ¿de quién es el dinero de los bancos, si no de los clientes?), y siempre ayudaba a sus amigos, que también eran ladrones, claro. John Dillinger está interpretado por Johnny Depp, que no me parece muy adecuado para ese papel; está muy bien en las pelis de Tim Burton (que por otra parte me encantan), o haciendo de Jack Sparrow, pero yo no le veo de delincuente carismático; es más, a mí el personaje me caía mal, y entonces no empatizaba con él y me daba igual lo que le pasara. La pareja romántica de Dillinger en la peli es Billie Frechette, interpretada por Marion Cotillard, la que ganó el oscar haciendo de Edith Piaf, que aquí está guapísima, y aunque la mayor parte del tiempo hace de chica florero, tiene un par de escenas muy dramáticas en las que lo hace realmente bien. Y el antagonista (que no villano), es el agente del FBI que persigue a nuestro prota y que está obsesionado con cogerle, pero siempre dentro de los límites de la ley y de los derechos humanos, vamos, que no es un cabrón de Guantánamo ni mucho menos; y está interpretado por el maravilloso Christian Bale, que desde luego es lo mejor de la película. Me encanta este hombre, cada vez que aparece se come la pantalla, y borda todo tipo de papeles. Lo adoro desde que lo vi de yuppie psicópata en American psycho. Los secundarios también son impresionantes, hay un par de ellos que se comen al Johnny Depp con patatas. La banda sonora me gustó mucho, sobre todo una canción de estilo como folk o rock que suena un par de veces y que no tengo ni idea de quién es (no estoy muy puesta en música), pero me pareció muy potente. El montaje también me gustó, las escenas de tiroteos tienen un estilo como documental que les da mucho realismo, y los movimientos de cámara en mano, que mucha gente critica, a mí no me molestan, y en este caso me parecen acertados. En conjunto la película me parece buena (excepto el error de casting de Johnny Depp), aunque tiene algo que no me termina de convencer, y que me pasa con todas las pelis de Michael Mann, no sé muy bien qué es, pero me resultó algo distante, y en ocasiones me salía de la historia, por eso pienso que no es un peliculón, sólo una buena película.


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