lunes, 14 de septiembre de 2009

Distrito 9: Drama social alienígena

El domingo 13 de septiembre vi en el cine Distrito 9 (District 9), de Neill Blomkamp. Es una coproducción entre Nueva Zelanda y Sudáfrica; el director y todos los actores son desconocidos (yo por lo menos no conozco a ninguno), y el único nombre popular es el del productor, Peter Jackson, antiguo director de películas gore de serie Z y ahora reconvertido en director mega-star hollywoodiense. Esta peli es básicamente de acción y ciencia ficción, pero también es un dramón de denuncia social. La sensación más destacada que me produjo, y que recordaré con el tiempo, fue la tristeza: es una película muy triste. La acción se sitúa en Sudáfrica, se supone que en la época actual, y empieza narrando, como si fuera un reportaje o un documental, cómo hace 20 años llegó una gran nave espacial y se quedó flotando sobre Johannesburgo, al parecer averiada, porque se desprendió un módulo con una colonia de alienígenas que cayeron a la Tierra y ya no pudieron volver, quedando atrapados en nuestro planeta. Entonces empieza la denuncia social: los humanos, en lugar de acogerlos, los aislaron en un ghetto y los pobres se quedaron ahí como refugiados durante 20 años, en plan apartheid, con todos los problemas de delincuencia, explotación, etc. Curiosamente, la población negra los trata tan mal como los blancos les habían tratado a ellos. Hasta que el gobierno decide trasladarlos a otro lugar más alejado para que no les den problemas. El encargado de dirigir la operación, ayudado por el ejército, es el protagonista de la peli, al que parece que le han encargado este marrón porque nadie quería hacerlo, ya que no es el típico héroe cachas ni mucho menos, sino un pobre hombre de lo más corriente. El actor que lo interpreta, que todavía no me he enterado si es Sharlto Copley o Jason Cope, la verdad es que lo borda. Los alienígenas son unos bichos con aspecto de langostinos o centollos más altos que los humanos y que hablan un idioma que suena parecido al de alguna de las razas de La guerra de las galaxias. Tras diversas peripecias que no voy a contar, el prota hace amistad con uno de los alienígenas y su hijo (un pequeño centollo) e intenta ayudarles, en parte porque le conviene a él, a poner en marcha la nave, que sigue flotando sobre todos ellos, para que los aliens puedan volver a su casa, que es lo único que querían los pobres, como ET.

La película en general me parece interesante. Casi todo son escenas de violencia, bichos, disparos con armas sofisticadas, y chorros de sangre humana y extraterrestre. Pero también está el trasfondo social y crítico; los alienígenas son todos víctimas o delincuentes obligados, y los malos de la historia son los humanos, representados sobre todo por el ejército y el gobierno. Eso me encanta, que ya está bien de películas americanas patrioteras. También me gusta que el protagonista sea una especie de Peter Sellers patoso huyendo de todos los cabrones que le persiguen, le disparan y le torturan. Hay que ver lo que pasa el pobre. Tal vez la peli se pasa un poco de dramática, pero eso es lo que pretende el guión, una historia que haga reflexionar con una metáfora extraterrestre. A mí me dejó una sensación de mucha tristeza.

2 comentarios:

  1. Comparto tu sentimiento. Yo sali del cine sintiendome super triste y hasta un poco choqueada. LA gente a mi alrededor reia y se diviertia con la pelicula cuando a mi se me hacia de lo mas cruel. Lo que estaban viviendo esos extraterestres lo viven milloones de humanos todos los dias, pero como son "monstruos" no hacemos las relacion y lo vemos como mera ficcion.

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  2. Hola Magaly, gracias por tu comentario, perdona que haya tardado tantísimo en responderte. Es verdad, a mí me dio muchísima pena la película, y me hizo recordar que en nuestro planeta hay muchas personas marginadas y tratadas injustamente. Cada día contribuimos a eso y no nos damos ni cuenta. Por eso creo que Distrito 9 es una muy buena película de denuncia. La mayoría de la gente que la ha visto no consigue identificarse con esos "bichos", igual que muchos tampoco nos identificamos con las personas marginadas de nuestro mundo.

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