domingo, 23 de mayo de 2010

Malditos bastardos: Cazadores de nazis

Malditos bastardos (Inglorious basterds), es la última peli del iconoclasta y gamberro Quentin Tarantino, el antiguamente llamado “niño terrible de Hollywood”. En el cine no la quise ver, no me llamaba mucho la atención, pero después dijeron que era una de las nominadas al oscar a mejor película, y como yo siempre me vendo a la industria de Hollywood, pues decidí que la vería en dvd. La cinta es una mezcla de comedia negra y thriller de espionaje, con escenas de acción y altas dosis de violencia, como es habitual en su director. Está ambientada en la Segunda Guerra Mundial, en la Francia ocupada por los alemanes. Allí se cruzan los destinos de varios personajes y sus distintas historias. Una de ellas es una historia de venganza: la de Shosanna Dreyfus, una chica judía que ve cómo el malvado coronel Hans Landa asesina a toda su familia; ella consigue escapar a París, donde años después la vemos convertida en dueña de un cine. Otro personaje es el teniente Aldo Raine, que lidera una especie de grupo de la Resistencia: unos soldados, conocidos como Los Bastardos, que se dedican a cazar nazis y cortarles las cabelleras en plan apache (todo muy salvaje, así es Tarantino, los que hemos visto todas sus pelis ya lo sabemos). Este grupo recibe la orden de realizar una misión que podría derrocar al Tercer Reich, y para eso tienen que entrar en contacto con Bridget Von Hammersmark, una actriz alemana que trabaja como agente secreto de los aliados. La misión la tienen que llevar a cabo en el cine que dirige Shosanna, donde se va a proyectar una película de propaganda nazi a cuyo estreno van a acudir los principales dirigentes del partido, entre ellos el propio Hitler. Malditos bastardos tiene los dos ingredientes que nunca faltan en el cine de Tarantino: mucha palabrería y mucha violencia, pero de una forma que no resulta aburrida (bueno, a ratos creo que se excedía un poco). Las escenas se alargan porque los personajes hablan y hablan, y parece que no va a pasar nada, pero al mismo tiempo estás en tensión porque sabes que sí que va a pasar algo, hasta que se produce un brutal estallido de violencia, y entonces te das cuenta que Tarantino tiene destellos de genio. Esto lo ha demostrado en joyitas como Pulp fiction y Kill Bill (a mí me gusta más la 2, me parece más redonda que la 1, pero es cuestión de gustos). Lo mismo pasa en Reservoir dogs, ya que mientras la estás viendo lo pasas fatal, pero al mismo tiempo te das cuenta de lo buena que es la peli. En Death proof se le va mucho la olla, al final ya me resultaba un poco insoportable. Malditos bastardos también tiene partes donde yo pensaba que se había pasado tres pueblos (es que no soy muy de humor negro, lo reconozco). Pero luego hay escenas prodigiosas, como la primera, que te mantiene en vilo con un duelo psicológico hipnótico e influencias del spaghetti western; ese único fragmento ya es toda una lección de cine por sí solo. También hay que hablar de Christoph Waltz, ganador del oscar al mejor actor secundario por su impresionante interpretación del malísimo coronel Hans Landa, un psicópata sociable y carismático, que habla todos los idiomas del mundo, un auténtico lobo disfrazado de cordero. Las chicas de la peli son Mélanie Laurent (Shosanna), que no sé quién es pero lo hace muy bien, y Diane Kruger (Bridget), que está absolutamente espléndida. Brad Pitt es Aldo Raine, el líder de los Bastardos, en un papel caricaturesco y desmelenado, se nota que se lo ha pasado en grande. Recomiendo ver la peli en versión original, porque oírle chapurreando en italiano con acento americano, en una de las escenas más cómicas del film, no tiene precio. También sale Daniel Brühl haciendo de oficial nazi, en un rol que me pareció ambiguo y sorprendente. En conjunto me gustó la película, porque tiene momentos magistrales, aunque haya tanto diálogo y tanta violencia, no sé si gratuita, pero hay que reconocer que Tarantino, el niño terrible de Hollywood, es único e inimitable.

4 comentarios:

  1. Como bien dices cariño, a mi tampoco me llamó la atención en el cine esa película, aunque había amigos que me la recomendaba. Al final me ha gustado más de lo que esperaba, y es que reconozco que el estilo de Quentin Tarantino me gusta mucho, y esta peli está presente en toda ella.

    Yo también la recomiendo ver en versión original (lo bueno que tiene el DVD), no la he visto en versión doblada, pero reconozco que los cambios de idioma que tiene el malo malísimo y Brad Pitt son de lo mejor que tiene, en fin, que lo pasé muy bien, y me entretuvo un montón.

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  2. Yo también me lo pasé bien viéndola, porque tiene partes de pura comedia y otras escenas de suspense muy bien conseguido, aunque a ratos se me hizo un poco larga, y también hay fragmentos de violencia desatada, pero ya sabemos que éste es el estilo de Tarantino.

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  3. No fui al cine a verla. La verdad es que me daba pereza (y eso que las Kill Bills me encantaron, aunque la de Death Proof me disgustó mucho mucho) Después le dí una segunda oportunidad en mi casa, y he de decir que cuando terminó me quedé con una sensación magnífica.
    En pocas palabras, me encantó y espero lo próximo de Quentin con ganas.

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  4. Hola T-800, a mí tampoco me gustó mucho Death proof, yo creo que la hicieron improvisando, es el Tarantino más desmelenado, pero no le veía mucho sentido a la peli. Cuando vi Malditos bastardos también me quedé con la sensación de que era muy buena, pero la última escena me dejó muy mal cuerpo, tengo poco aguante para esas cosas...

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