sábado, 17 de octubre de 2009

Ágora: La decadencia de una época

El lunes 12 de octubre, después de tanto tiempo esperando, vi por fin en el cine Ágora, la mega-obra de Alejandro Amenábar, de producción totalmente española, pero con todos los actores extranjeros. Me ha gustado más de lo que pensaba, en realidad me ha fascinado. Pensé que iba a ser una superproducción monumental sin alma, y sí, es una película monumental y comercial orientada al mercado exterior, pero tiene el sello propio y característico de Amenábar. Yo creo que una vez más ha vuelto a demostrar que es un genio y un director diferente. La peli recrea la antigua civilización de Alejandría, en el siglo IV d.c., y su protagonista absoluta y heroína es un personaje histórico que nunca se ha tratado en el cine, que yo sepa (yo ni siquiera la conocía de nada): Hipatia, una mujer que fue filósofa, matemática y astrónoma, una científica adelantada a su época. En la película, además, es bondadosa y guapísima (claro, es que la interpreta Rachel Weisz), y tiene dos enamorados incondicionales: Davo, uno de sus esclavos, y Orestes, uno de sus discípulos. Pero a ella no le interesa el amor terrenal, está entregada al estudio y al conocimiento del Universo. En esta época se produjo la división entre el Imperio Romano de Oriente y de Occidente, y fue decisiva en la historia de la humanidad porque supuso el cambio de las religiones politeístas, que adoraban a los dioses, a las monoteístas, en este caso la judía y la cristiana. La película nos muestra cómo convivían todas estas culturas en Alejandría. Bueno, convivir, no convivían mucho, más bien se llevaban a matar. El cristianismo comenzaba a consolidarse como una de las religiones dominantes en la nueva civilización. Y como el poder corrompe, los cristianos son los villanos de la peli, unos fanáticos fundamentalistas. Ésta es otra de las grandes originalidades de Ágora: se muestra al cristianismo en sus orígenes como una secta oscura y perversa, unos auténticos talibanes. Todos hemos visto las películas de la Inquisición donde se ven las barbaridades que hizo la Iglesia Católica, pero nadie hasta ahora había tenido el atrevimiento de mostrar esas barbaridades en la incipiente Iglesia Cristiana. Todos los fanatismos son malos, por muy buenas que sean las ideologías.

La película tiene imágenes espectaculares y escenas muy poéticas. Hay partes muy realistas, cuando se muestra cómo era la vida cotidiana en aquella época, las calles, la gente… En el aspecto técnico también me parece muy innovadora, con movimientos de cámara inusuales, pero que ayudan en el avance de la historia. A veces la cámara se aleja y refleja la acción desde el exterior, tanto, que hay varias imágenes del planeta Tierra, como si fuera un documental del Universo. Mucha gente ha criticado este recurso, dicen que no pega con la historia, pero yo creo que pega perfectamente, porque nos acerca a la mentalidad de Hipatia y a su pasión por las estrellas. Yo creo que la gente que no le ha gustado esta película es porque esperaban una cinta histórica convencional, y Ágora no lo es.

3 comentarios:

  1. Me parece una obra maestra, es una película que me ha encantado y considero la crítica un fiel reflejo de esta. Personalmente, Amenánabar me encanta como director y me sigue despertardo una gran admiración, me ha gustado mucho el enfoque que le ha dado a esta película.

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  2. La primera vez me gustó, pero quizá la encontré un poco, mmmm, no se como decirlo, fría podría ser la palabra.
    En un segundo visionado me pareció una obra maestra de nuestro cine.

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  3. Yo sólo la he visto una vez y, aunque me encantó, es verdad que puede parecer un poco fría, porque es muy espectacular y comercial, pero el propio Amenábar dice siempre que lo comercial no tiene porque estar reñido con la calidad, y ahí estoy de acuerdo.

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