jueves, 17 de octubre de 2019

Joker: El origen del mal

Arthur Fleck es una buena persona. Vive en Gotham, la ciudad de Batman, con su madre anciana a la que cuida con cariño. Lo que más le gusta es hacer reír a los demás, y trabaja de cómico en un pequeño club y de payaso animando a los niños en el hospital público. Su mayor sueño es actúar en la tv y aparecer en el show de Murray Franklin. Pero Arthur tiene problemas mentales, lo cual dificulta su relación con la gente y hace que muchos le traten mal. Día tras día, golpe tras golpe, insulto tras insulto... ¿Cuánto tardará Arthur en explotar?
Joker, de Todd Phillips, nos cuenta cómo un hombre bondadoso, infeliz e inestable se convirtió en uno de los más temidos villanos en el mundo de DC Comics (y sus correspondientes películas). Pero los guionistas, Todd Phillips y Scott Silver, no se han inspirado en ningún cómic, sino que han inventado su propia historia, una crítica a la deshumanización de la sociedad, al trato que reciben las personas diferentes. No es una aventura de superhéroes, no esperéis ver a Batman en su coche corriendo a salvar la ciudad. Es un drama muy oscuro sobre un perdedor al que la vida le va arrebatando una a una todas las cosas que le importan, hasta que cae en una espiral de odio y locura irreversible. La película está hecha para el absoluto lucimiento de Joaquin Phoenix, uno de estos actores que se comen la pantalla y que está enorme en su desquiciado y espeluznante personaje. El film ha tenido un gran éxito de público y crítica, ya es una película de culto, y en muchas páginas de cine está entre las 10 mejores de la historia. No está mal para un director cuyo historial eran comedias descerebradas como la saga de Resacón y Road trip (Viaje de pirados). Ya sabéis, si queréis pasar un buen / mal rato con los bailes desequilibrados y la risa demente del pobre Arthur, id a ver Joker. Os encantará, u os dará mal rollo, o las dos cosas. A mí no me encantó, pero sí me dio muy mal rollo.

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