sábado, 25 de septiembre de 2010

Toy story 3: Juntos hasta el final

En 1995 se estrenó Toy story, el primer largometraje realizado por Pixar, productora de animación fundada por John Lasseter, antiguo empleado de Disney. Supuso una revolución porque fue el primer largo de animación realizado enteramente por ordenador. Contaba las aventuras de unos juguetes, pertenecientes a un niño, Andy, que en presencia de los humanos no podían moverse, pero cuando estaban solos podían andar, hablar, pensar, totalmente como si fueran personas. La peli fue un gran éxito, y desde entonces Pixar ha seguido produciendo cintas de animación digital, creando mundos fascinantes cuyos protagonistas son insectos, monstruos, peces, superhéroes, coches, ratas, robots, y personas solitarias. Son películas muy comerciales y también de una gran calidad, emocionantes, entrañables e innovadoras. Pixar nunca decepciona, y ha demostrado estar a la cabeza de la animación mundial, junto con Ghibli, la productora japonesa del genial Hayao Miyazaki. En 2006, los de Disney, que saben mucho, compraron Pixar, y ahora todas sus producciones llevan el sello Disney-Pixar (encima el nombre de Disney va primero, lo que hace la pasta), pero el mérito sigue siendo de Pixar. Toy story 3 es el tercer film y el que cierra la saga de los juguetes. Su director, Lee Unkrich, uno de los realizadores de Monstruos, S.A. y Buscando a Nemo, toma aquí el relevo de John Lasseter, que dirigió Toy story 1 y 2. Andy, el dueño de los juguetes, ha crecido, tiene 17 años, pronto irá a la Universidad, y claro, ya no está en edad de jugar. Su madre, como todas nuestras madres han hecho alguna o muchas veces, le dice que tiene que ordenar y decidir qué hacer con los muñecos. Tras algunas peripecias, nuestros amigos terminan en Sunnydale, una guardería donde conocerán a otros colegas que han sido donados y podrán jugar con más niños. Pero, ¿es Sunnydale un lugar tan idílico como parece? Toy story 3 es una peli magnífica, yo creo que la mejor de la saga. La primera es muy buena porque es la de la idea original, la segunda me pareció bastante más floja, pero aquí tenemos una auténtica joyita, un equilibrio perfecto entre emoción, comicidad y sentimentalismo (no sensiblería). Volvemos a encontrarnos con los personajes conocidos: el vaquero Woody, líder del grupo, su amigo el astronauta Buzz Lightyear, la vaquera Jessie (que no está tan sobreactuada como en Toy story 2, afortunadamente), el cerdito Hamm, el perro Slinky, los señores Potato, Rex, el tiranosaurio neurótico… y también aparecen personajes nuevos. Los muñecos están muy humanizados y son carismáticos. Hay una fuerte amistad y compañerismo entre el grupo de juguetes protagonistas; también hay relaciones de pareja entre Buzz y Jessie, el matrimonio Potato, y sobre todo es genial la relación entre Ken y Barbie, dos de los roles más conseguidos de la película. Hay personajes con traumas psicológicos, otros que no son lo que parecen, y otros bastante espeluznantes. Hay escenas muy, muy conmovedoras, escenas hilarantes (las transformaciones de Buzz y las pérdidas de distintas partes del cuerpo de los señores Potato), terror, venganza, luchas de poder, y guiños a La gran evasión. Como es lógico, la ambientación es fantástica, se han cuidado los detalles al máximo, y es un prodigio visual y técnicamente; pero lo que convierte a esta cinta en un peliculón es el hecho de que unos dibujos digitales logren transmitirnos tantas emociones, o más, que si fueran actores de carne y hueso. Pixar ha vuelto a maravillarme.