viernes, 13 de noviembre de 2009

Celda 211: Cordero entre lobos

El sábado 7 de noviembre vi en el cine Celda 211, de Daniel Monzón, director de La caja Kovac y de una película que no le interesa a nadie y a mí me parece una obra maestra: El corazón del guerrero. Celda 211 es un potente thriller y drama carcelario, una de esas películas que contribuyen a demostrar que eso de que el cine español es malo y cutre es un mito que, afortunadamente, hace mucho que quedó atrás. El protagonista y héroe de la peli es Juan Oliver, un joven funcionario de prisiones que decide ir a visitar el que será su primer puesto de trabajo un día antes de empezar en el mismo, y cuando los compañeros le están explicando cómo funciona todo, hay un motín en la cárcel. Los compañeros consiguen huir, pero él se queda atrapado en la celda 211, en el módulo de los presos peligrosos. Para que no lo maten, se hace pasar él mismo por un preso. El líder de la rebelión es un recluso apodado Malamadre, que es de los más violentos y peligrosos de la cárcel, y como cree que Juan es un preso, lo toma como su mano derecha. El papel de Malamadre está hecho para el lucimiento absoluto de Luis Tosar, que la verdad es que lo borda y está impresionante como cuando hizo de cabrón marido maltratador en Te doy mis ojos. En Celda 211 es más bien un cabrón con matices, un personaje duro y amenazador, pero con toques de humor y a veces un poco entrañable y todo. Lo único que no me gusta es lo que todo el mundo alaba: su cambio de voz. Actúa con voz ronca para que el personaje parezca más duro, pero a mí me resulta un poco caricaturesca (la voz). El papel de Juan lo interpreta un tal Alberto Ammann, que yo es la primera vez que lo veo, pero también está muy bien en su rol de hombre corriente convertido en héroe, y también está muy bien físicamente (comentario frívolo, como los que hacen los críticos masculinos de las actrices).

La película es muy buena, ahí coincide casi todo el mundo; es inquietante, dura, aunque no llega a ser brutal, y mantiene el ritmo y la emoción todo el tiempo. Tiene su parte de denuncia social y política; los más malos no parecen ser los presos, sino algunos de los funcionarios y los representantes del sistema en general, y eso me parece un pelín demagógico. El más villano de la función es el director de la prisión, un sádico torturador, interpretado por Antonio Resines, que creo que está un poco sobreactuado y tiene una escena algo absurda, pero bueno, se perdona porque la peli en conjunto es magnífica.

3 comentarios:

  1. La crítica de la película me parece perfecta, para mi es una gran película y Luis Tosar lo borda con una gran actuación, aunque Alberto Ammann en el papel de Juan Oliver también me gusta.

    Es una peli que vale la pena verla y que no deja indiferente a nadie.

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  2. La verdad, aquí hay unanimidad. Es un peliculón. Me sobró, eso si, el Goya a Marta Etura. No es que lo haga mal, pero no tiene un papel, digamos, para lucirse. No se, me parecío exagerado. Eso si, a mi Resines si me gustó.
    Ah, y Carlos Bardem está jodidamente genial. Parece un colombiano de verdad y en realidad es nacido en Vallecas!!

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  3. Hola T-800, es verdad que el papel de Marta Etura no es como para que le den un goya. Yo creo que se lo dieron porque este año tocaba que Ágora se llevara casi todos los premios técnicos y Celda 211 casi todos los no técnicos, menos mal que el de mejor actriz se lo llevó Lola Dueñas, pero eso será porque en Celda 211 no había un personaje femenino principal para dárselo. Aquí pasa como en los oscar, que todo es política.

    Sí, Carlos Bardem genial, es que tiene una cara de indio... No me podía creer que fuera el hermano de Javier Bardem. Tienen un cierto parecido, Javier es mucho más guapo, pero son igual de buenos actores los dos.

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