La última peli de la colección de cine de terror de El País que me quedaba por ver es La mosca (The fly), de David Cronenberg, un realizador canadiense, autor de muy inquietantes cintas de terror y suspense, en las que plasma sus extrañas obsesiones, tales como la transformación física de los cuerpos, la visión de la carne humana y animal, y la fusión entre lo orgánico y lo mecánico (vamos, unas cosas muy raras). Es un cine bastante malsano y perverso, con obras que varían mucho en calidad (en mi opinión), ya que algunas son peliculones como La mosca, otras son films muy interesantes como la muy inquietante y psicológica Inseparables, y otras son bodrios sin sentido como ExistenZ, aburrida fábula futurista de realidad virtual, o Crash (no confundir con la que ganó el oscar a mejor película en 2004, que ésa está muy bien), una peli que a los entendidos y a las mentes retorcidas les encanta, porque hay que ser retorcido para que te guste una historia de personajes que se excitan sexualmente con ¡los accidentes de tráfico! (hay gente para todo). Como veis, Cronenberg es un director muy rarito, pero La mosca es una de sus películas más “convencionales”, dentro de lo que cabe, y yo creo que a todos los amantes del cine de terror nos resulta bastante fascinante y sobrecogedora, incluso hoy en día (la peli se estrenó en 1986). Cuenta la historia de Seth Brundle, un brillante científico que ha inventado una máquina para teletransportar objetos y seres vivos de una cápsula a otra. Tras algunos intentos fallidos de resultado espeluznante y otros ya con éxito, decide hacer la prueba con él mismo, y lo consigue, pero más tarde descubre que una mosca se había metido con él en la máquina, con lo cual, al realizar la teletransportación, su cuerpo se ha fusionado genéticamente con el del insecto. Seth sale de la máquina aparentemente normal, pero conforme pasan los días y las semanas vemos su transformación gradual en un extraño ser, una especie de monstruo con aspecto alienígena, tamaño humano y comportamiento de insecto, vamos, un bicho horrible. Cronenberg no se corta a la hora de mostrarnos la degradación del cuerpo del científico en su metamorfosis, así que veremos cómo se le caen los dientes, las orejas y el pelo, cómo anda por las paredes y el techo, y cómo come, vomita un líquido blanco y vuelve a comer (no sé si las moscas lo hacen así, la verdad es que no he tenido el gusto de observarlo). Son escenas bastante asquerosillas, pero el conjunto merece mucho la pena, porque Cronenberg nos transmite los sentimientos del protagonista, su obsesión con sus investigaciones, su euforia inicial, ya que al comienzo de su transformación se siente muy fuerte e hiperactivo, y sobre todo logra que empaticemos y sintamos pena por él al ver el monstruo en el que se está convirtiendo. También hay una historia de amor con Veronica Quaife, una periodista a la que conoce cuando le entrevista acerca de sus experimentos, y que le intenta ayudar; ella es la auténtica heroína del film. Un gran acierto de la peli es su actor principal, Jeff Goldblum, en uno de sus primeros papeles importantes. No podían haber encontrado un actor que se pareciera más a una mosca ya desde su apariencia humana, con sus ojos saltones y expresivos; además, al principio de su transformación está en la cumbre de su atractivo, luciendo músculos, cuando empieza a desarrollar su fuerza sobrehumana (después está horrendo con un fantástico maquillaje obra de Chris Wallas). Geena Davis (gran actriz, también de ojos saltones, que en aquella época era pareja del propio Jeff Goldblum) interpreta a Veronica, y también está muy acertada en su papel y muy guapa, por cierto. En la peli sólo hay tres personajes importantes; el otro es el tercero en discordia, Stathis Borans, jefe y ex-novio de Veronica, un personaje medio capullo y al principio medio villano, interpretado por John Getz, que también lo hace muy bien, porque logra que nos caiga fatal, que también es lo que se pretendía. La mosca es un remake de otra cinta del mismo título y de 1958, aunque lo único que tienen en común es la idea inicial, la de la teletransportación y la mosca que entra en la máquina al mismo tiempo que el científico, ya que el resultado de la fusión es distinto; en La mosca de 1958 la transformación se produce inmediatamente, y consiste en un intercambio de cabezas y brazos entre la mosca y el científico (también es una película impactante y fascinadora, aunque con la ingenuidad de su época). La mosca de Cronenberg es un film de terror físico y psicológico, con escenas gore y angustia existencial, opresivo, gótico y oscuro. Una alegoría sobre los peligros de la ambición y la ciencia sin control. Una joya del cine de terror de los 80 que resulta igual de impresionante en la actualidad.
Me gustó mucho tanto la antigua como el remake de 1986, como siempre, primero vi el remake y luego me pude ver la antigua. Es una peli especial, y como bien dices, algunas veces es algo asquerosa incluso para mi, que me importa menos ver esas cosas. La antigua también tiene un encanto, y aunque la transformación es distinta, no es menos impactante, sobre todo el final.
ResponderEliminarYo también vi mucho antes la versión moderna. La antigua es muy entrañable y naif, y la moderna (bueno, no tan moderna, que ya tiene 24 años), es totalmente distinta, muy brutal y escalofriante. Por lo visto Cronenberg quiere hacer un remake de su propia peli, ahora con más medios y más pasta, espero que no la haga, qué ganas de estropear su propia creación.
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