El viernes 19 de febrero tuve la suerte de ver El ataque de los muertos sin ojos, una peli española de 1973, dirigida por Amando de Ossorio. La pusieron en Somos, un canal de la tv digital que emite películas españolas antiguas, y que está especializado en nuestro cine más entrañable y casposillo, aunque de vez en cuando también emite producciones de calidad. El ataque de los muertos sin ojos pertenece a la anterior categoría, la de películas entrañables y casposillas, pero en el buen sentido de la palabra. Es la segunda parte de una serie de cuatro cintas sobre el mismo tema: un grupo de monjes templarios que han vuelto a la vida, en forma de esqueletos, y van por ahí matando a la gente y sembrando el terror (normal), en distintos escenarios según la película. Las otras tres pelis son: La noche del terror ciego, El buque maldito y La noche de las gaviotas. La filmografía de Amando de Ossorio no es que sea muy variada, pero la temática es muy original y constituye una propuesta arriesgada y personal, y es de lo más interesante que se puede encontrar en el panorama fantástico español de los 70 (un panorama bastante desolador, por otra parte, creo yo). En realidad sólo puedo opinar de El ataque de los muertos…, que es la única que he visto completa, y de La noche del terror ciego, que pude visionar en parte hace unos 17 años, porque la pusieron en la tv y la pillé empezada (qué pena, me gustaría poder verla entera), pero me imagino que las otras serán parecidas (si alguien las ha visto, por favor, que me diga si estoy en lo cierto o no).
La acción de El ataque de los muertos sin ojos se desarrolla en la actualidad (de la época, o sea, en los 70), en un pueblo de no sé qué país, la verdad, donde, una noche de verbena, aparecen unos esqueletos encapuchados montando a caballo y cargándose a todo el mundo con sus espadas. Son los monjes-guerreros templarios, que fueron ejecutados en la Edad Media por cometer sacrificios humanos, y que han sido resucitados y vuelven para seguir matando. Después de hacer una escabechina con sus espadas entre la gente del pueblo, unos cuantos supervivientes se refugian en una catedral, donde buscan la forma de escapar y poder acabar con los mortíferos esqueletos, valga la redundancia. Tienen una ventaja, y es que los esqueletos son ciegos, ya que, cuando les ejecutaron, les quemaron los ojos para que no pudieran ver si volvían a la vida (pero los jodíos oyen el menor ruido, así que tienen que ir con mucho cuidado). El argumento es de lo más surrealista y delirante, y los efectos especiales son muy artesanales, o sea, muy cutres (estamos hablando de serie b española setentera, así que, os podéis imaginar). Técnicamente está fatal hecha, pero tiene bastante tensión, emoción, y sentido del ritmo. Los templarios son muy lentos cuando persiguen a la gente, tanto que no te explicas cómo les pueden atrapar, pero lo mismo pasaba con los zombies de Romero. Me resultan bastante impresionantes los planos en que aparecen montando a caballo. Hay un par de escenas muy inquietantes y yo diría que incluso aterradoras. Se palpa la tensión entre los personajes que están encerrados en la catedral, cada uno con su carácter y motivaciones (algunos son más villanos que los propios esqueletos asesinos). Los actores también cumplen bastante bien; sólo conozco a Esperanza Roy, que hace de la chica buena protagonista, y a Fernando Sancho, que hace un papel impresionante de cabrón sin ningún escrúpulo. El reparto está compuesto por actores españoles e ingleses, o americanos, como un tal Tony Kendall, que hace del chico bueno protagonista. También sale una niña que tiene las mejores escenas de la peli. Hay buenas dosis de gore, desmembramientos y sangre desparramada, pero también hay una parte importante de terror psicológico (la última escena es genial). Bueno, que a mí me gustó y me mantuvo enganchada. La mayoría de la gente que la ha visto dice que es muy mala, y sí, supongo que lo es, y a ratos te hartas de reír viéndola, pero no se puede negar su originalidad y su mérito, y yo creo que es otra joyita a rescatar y tener en cuenta.
La acción de El ataque de los muertos sin ojos se desarrolla en la actualidad (de la época, o sea, en los 70), en un pueblo de no sé qué país, la verdad, donde, una noche de verbena, aparecen unos esqueletos encapuchados montando a caballo y cargándose a todo el mundo con sus espadas. Son los monjes-guerreros templarios, que fueron ejecutados en la Edad Media por cometer sacrificios humanos, y que han sido resucitados y vuelven para seguir matando. Después de hacer una escabechina con sus espadas entre la gente del pueblo, unos cuantos supervivientes se refugian en una catedral, donde buscan la forma de escapar y poder acabar con los mortíferos esqueletos, valga la redundancia. Tienen una ventaja, y es que los esqueletos son ciegos, ya que, cuando les ejecutaron, les quemaron los ojos para que no pudieran ver si volvían a la vida (pero los jodíos oyen el menor ruido, así que tienen que ir con mucho cuidado). El argumento es de lo más surrealista y delirante, y los efectos especiales son muy artesanales, o sea, muy cutres (estamos hablando de serie b española setentera, así que, os podéis imaginar). Técnicamente está fatal hecha, pero tiene bastante tensión, emoción, y sentido del ritmo. Los templarios son muy lentos cuando persiguen a la gente, tanto que no te explicas cómo les pueden atrapar, pero lo mismo pasaba con los zombies de Romero. Me resultan bastante impresionantes los planos en que aparecen montando a caballo. Hay un par de escenas muy inquietantes y yo diría que incluso aterradoras. Se palpa la tensión entre los personajes que están encerrados en la catedral, cada uno con su carácter y motivaciones (algunos son más villanos que los propios esqueletos asesinos). Los actores también cumplen bastante bien; sólo conozco a Esperanza Roy, que hace de la chica buena protagonista, y a Fernando Sancho, que hace un papel impresionante de cabrón sin ningún escrúpulo. El reparto está compuesto por actores españoles e ingleses, o americanos, como un tal Tony Kendall, que hace del chico bueno protagonista. También sale una niña que tiene las mejores escenas de la peli. Hay buenas dosis de gore, desmembramientos y sangre desparramada, pero también hay una parte importante de terror psicológico (la última escena es genial). Bueno, que a mí me gustó y me mantuvo enganchada. La mayoría de la gente que la ha visto dice que es muy mala, y sí, supongo que lo es, y a ratos te hartas de reír viéndola, pero no se puede negar su originalidad y su mérito, y yo creo que es otra joyita a rescatar y tener en cuenta.
Hola Cariño, la escena que describes de monjes a caballo atacando en una verbena me suena, pero ahora mismo no te sabría decir si la he visto hasta que no vea la película. Este tipo de citas me ha gustado siempre verlas, y ahora si cabe con un poco más de simpatía.
ResponderEliminarbesos
Es muy posible que la hayas visto, cari, creo que la habrán puesto en la tv más de una vez. En la primera parte, La noche del terror ciego, también van los monjes a caballo, y son escenas muy inquietantes. Esa la echaron hace muchos años en Alucine, un espacio de pelis de terror y fantasía que ponían los viernes por la noche.
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